Según medios de Medio Oriente, Israel habría colocado un submarino en el Golfo Pérsico, un área de influencia natural de Irán.
La maniobra no ha sido confirmada por Tel Aviv, pero parece que no hay razones para creer que sea mentira ya que Teherán se ha encargado de responder a esto.
El vocero de la cancillería persa fue el encargado de revelar la posición iraní ante la colocación del submarino nuclear en las narices de su país.
“Todo el mundo sabe lo que significa el golfo Pérsico para Irán, y qué política sigue Irán sobre sus intereses y seguridad nacionales”, dijo el vocero del despacho de exteriores.
Pero no conforme con sugerir la importancia del Golfo Pérsico para Teherán, añadió a Tel Aviv que tenga cuidado en su pulso unilateral de provocaciones: “Son conscientes de los riesgos de cruzar las líneas rojas de Irán”.
Malas intenciones
De acuerdo a medios de la zona, Israel habría pasado el 21 de diciembre el submarino por el Canal de Suez, una revelación que coincide con el paso de otra nave de EE.UU. por el estrecho de Ormuz, al frente de las costas de Irán.
Los 2 movimientos de 2 países agresivos son razones suficientes para estar alerta. Por lo general cuando Israel y EE.UU. se juntan, sobresalen muy malas intenciones, por lo que Teherán está en estado de máxima atención y con todos sus recursos para responder.
A diferencia de Israel, los estadounidenses al menos confirmaron que sí desplegaron un submarino en la zona: el USS Georgia (SSGN-729).
Fieles a esa recia tradición de pretendida excepcionalidad, los norteamericanos celebran la colocación de su nave como demostración de “la capacidad de su flota para operar donde lo permita el derecho internacional”.
Teherán desestimó las acusaciones de Washington de haber apoyado el ataque con misiles de su embajada en Irak. Teherán agregó que no resuelven sus problemas actuando en otro país.