Alertas tempranas | Por: Roberto Hernández Montoya
¿Será que cuando por fin lleguemos al primer millón de muertes por covid-19 tomaremos conciencia de que estamos ante una hecatombe de escala bíblica? ¿Tanto nos ha embrutecido la cultura Kardashian como para no darnos cuenta?
Porque antes de llegar al Apocalipsis hay una galaxia de pajaritos preñados que de fake en añagaza llevan a millones a elegir a Trump y a Bolsonaro. Y no a pesar de que son como son sino precisamente porque son como son. Sí, es grave. Nos estamos jugando el Armagedón. No exagero, es la realidad la que se ha vuelto exagerada.
Se ha abolido el derecho internacional. Basta que se declare —sin pruebas— que una elección es amañada para que el derecho al voto popular sea abrogado. Los medios decretan que un gobierno es narcotraficante y ya pierde legitimidad y se justifica un genocidio. Como las hadas de otrora, hoy superadas por los medios, conjuran su poder formidable en palabras mágicas, pocas: corrupción, democracia, dictadura, derechos humanos, terrorismo, el prefijo narco-, etc, que ríete de “abracadabra”, que dicen que significaba ‘iré creando conforme hablo’, pero que quedó para los muchachos. Chiquitos. De antes, porque los de ahora son unos aviones al lado de sus mayores. Ya no hay niñez.
Pero hay alertas tempranas que nos ayudan a precavernos. Mira bien cuando una dirigencia hace afirmaciones sin fundamento. ¿Alguien ha presentado evidencias del fraude electoral en Bielorrusia? Es el mismo procedimiento en Venezuela: afirman que hay un fraude, no lo demuestran y suplican invasión. Les basta con hacer la aseveración: su criterio de verificación es la mera declaración porque no muestran la verdad sino que la decretan.
Caen entonces en lo que el inolvidable Pierre Bourdieu llamó “circulación circular de la información”, cuando Songo afirma que la luna es pan de horno, Borondongo lo repite y Burundanga lo confirma. Cuando la “información” da la vuelta, Songo “verifica” que la Luna es pan de horno, quod erat demonstrandum. Así usaron las célebres “armas de destrucción masiva” de Sadam Husein, en nombre de las cuales siguen matando en Irak.
Es catastrófico cómo ocultan el magistral manejo venezolano de la pandemia.
Es desesperante porque no veo cómo pararlo. Solo en Venezuela…
ROBERTO HERNÁNDEZ MONTOYA
@rhm1947
Publicado en ÚN
