por: Roberto Malaver
La noticia la dio CNN: “El año pasado, dos líderes mundiales se pararon con sus esposas en el jardín sur de la Casa Blanca, con palas bañadas en oro, y plantaron felizmente un roble joven, un regalo de Francia a Estados Unidos que simbolizaba la fuerza del vínculo de los aliados”.
Y sigue diciendo CNN: “Ahora, parece que el árbol ha encontrado un final desafortunado: se secó”. Es cierto que tanto Trump como Macron, que fueron los encargados de sembrar el árbol, no conocen la versión del Himno al Árbol que cantamos aquí, en Venezuela, sin embargo en ese árbol que plantaron estaba la amistad y la ilusión por hacer una Francia y unos Estados Unidos mejores, y por lo visto, ahora todo lo malo que pase será culpa del roble, es decir “al árbol debemos”.
Bartolo Mendoza, analista chavista de varios medios de comunicación, dice que: “ya comenzaron a secarse. Es lógico que primero se seque el árbol, porque allí les está diciendo que no se vayan por las ramas y le vayan a echar la culpa de sus malos frutos, por eso decidió secarse, para comenzar la sequía que ya viene por allí”.
Ahora los y las analistas quieren hacer leña del árbol caído, o mejor dicho, del árbol que se secó. Algunos dicen que al principio hubo amistad entre Trump y Macron, pero ahora se nota que hay cierto enfrentamiento entre ellos. Otros dicen que el árbol no soportó la lluvia de improperios con que diariamente Trump regaba el campo donde estaba sembrado. Parece que todas las mañanas Trump se paraba al lado del árbol y comenzaba a insultar a medio mundo, era una catarata que caía sobre el pobre roble y no pudo aguantar tanta agua.
La noticia también afirma que: “Gerard Araud, el embajador de Francia en Estados Unidos, confirmó a CNN que el árbol joven estaba en cuarentena, y tuiteó en abril que las raíces tenían un recubrimiento plástico especial para no contaminar el suelo de la Casa Blanca” .
A lo mejor pasó lo contrario, es decir, que el suelo de la Casa Blanca contaminó al árbol. Eso puede ser una buena investigación: descubrir la contaminación en el suelo de la Casa Blanca, y a lo mejor una prueba de que ese suelo está contaminado, es que se nota que cada vez que Trump decreta una nueva sanción, es porque lo está atacando la contaminación del suelo de la Casa Blanca.