El abono o compostaje humano puede sonar realmente extraño, pero una vez que se conoce el funcionamiento de esta técnica, puede que más de una persona se plantee cambiar una pequeña parte de su testamento.
Según ha publicado el medio AP News, esta técnica en la que existe la posibilidad de regresar, literalmente a la Tierra; ya es una realidad en el estado de Nueva York. Solo es cuestión de tiempo que la gente entienda que existen más maneras de abandonar el mundo físico; y que no solo puede ser enterrado en un ataúd o cremado (calcinado) en una caja de cartón.
Morir es una actividad de reciclaje en Nueva York
Esta idea pretende devolver terreno al planeta y desde que se ha aprobado la ley que legaliza el proceso denominado reducción orgánica natural; lo que se comienza a conocer como abono o compostaje humano.
En el artículo explican que una de las principales razones para abrazar esta manera de terminar con nuestro paso por el mundo es el factor ecológico. Un enterramiento clásico requiere del uso de productos químicos, que pueden acabar filtrándose a la tierra, mientras que la incineración genera. En cifras referentes a Estados Unidos, alrededor de 360 mil toneladas métricas de dióxido de carbono cada año.
Procedimiento
Por ello, no parece tan descabellado este proceso de abono o compostaje que comienza con el cuerpo de la persona difunta cubierto con virutas de madera, o materiales orgánicos similares; y almacenado durante semanas en un contenedor preparado para dar paso a la transformación.
A través de aire caliente, microorganismos van desarrollándose, eso sí, habiendo retirado cualquier tipo de material no orgánicos, como pueden ser marcapasos o materiales procedentes de cirugías. Después del tiempo estimado, el contenedor se abrirá para obtener la tierra que servirá para poder dar una oportunidad a nuevos organismos. Dado que hemos hablado de las emisiones de dióxido de carbono anteriormente, habría que señalar que con este proceso se ahorra alrededor de una tonelada métrica por cada cuerpo compostado.
Así lo explicó Katrina Spade, quien es la fundadora de Recompose, una empresa dedicada a esta actividad con sede en Seattle, que pone en valor esta técnica de ‘pasar a mejor vida’. En sus declaraciones, recogidas en el medio anteriormente citado, asegura que:
«La cremación utiliza combustibles fósiles y el enterramiento utiliza mucho terreno y tiene impacto en la huella de carbono. Para mucha gente, convertirse en tierra que puede ser transformada en un jardín o en un árbol es impactante y hermoso».
Con información de Agencias.