El papel que jugó el poder popular fue decisivo en Venezuela para neutralizar la incursión terrorista del pasado 3 de mayo, en las costas del estado La Guaira y en la localidad de Chuao, Aragua, junto a los aparatos militares y policiales de contrainteligencia.
Así lo expresó el ministro de Defensa Vladimir Padrino López, este miércoles, en el acto de reconocimiento al desempeño de los cuerpos de seguridad del Estado y la Fuerza Armada Nacional Bolivariana ante las amenazas contra la integridad de la Patria.
“Aparecieron los hombres en bermudas, en sandalias, en las costas, en los pueblos, aparecieron los milicianos”, acotó al rememorar el despliegue de fuerzas y la activación del propio pueblo, por lo que resaltó la actuación «del miliciano de pueblo que ama y defiende decididamente y sin contradicciones a nuestra Venezuela».
Expresó que “Venezuela se ha convertido en el objeto de las apetencias del imperio norteamericano y en su obsesivo propósito, recientemente orquestó la incursión de mercenarios en el sagrado territorio de nuestra nación”.
Además de la acción de los mercenarios combatientes que atentaron contra la estabilidad de la nación, el ministro Padrino López deploró el proceder «del mercenario político que firmó un contrato que iba contra la vida del jefe de Estado, que iba contra la vida del pueblo que se opusiera y que se resistiera».
Fue enfático al señalar que la Fuerza Armada Nacional Bolivariana ha adoptado la estrategia del multilateralismo mundial, la democracia, el respeto a los derechos humanos, la voluntad y la soberanía popular, la independencia nacional y el derecho internacional, por considerar que es ese precisamente el lado correcto de la historia: «El lado correcto de la historia es tomar con coraje, con valentía, con decisión, con patriotismo, las armas de la República para defender lo más sagrado que es nuestra Patria amada, querida, soberana».
Reflexionó en torno al concepto de la guerra como negocio para los poderosos aparatos industriales militares del mundo y señaló que son esas mismas organizaciones las que, con el empleo de mercenarios, han intentado violar la Patria bolivariana.
Para el ministro Vladimir Padrino López, las expresiones de traición, ignominia y mercenarisno son las expresión del neoliberalismo y el capitalismo.
Reiteró que los «mercenarios apátridas no merecen el reconocimiento de ningunos de los ciudadanos y ciudadanas de la Patria de Bolívar. Merecen que el pueblo les dé la espalda, que la Fuerza Armada les dé la espalda a todos aquellos que traicionaron su juramento, a las instituciones, a las autoridades legítimas, al Gobierno, al Estado y algo sagrado que es la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela».
Capitalismo débil
Padrino López refirió cómo en medio de la terrible calamidad que atraviesa la humanidad, con la pandemia del covid-19, «pareciera que se exacerbara la lucha por el poder y la hegemonía mundial».
“De manera insólita vemos cómo algunos gobiernos conceden mayor importancia a su economía, al valor de sus mercados y a sus indicadores económicos, que a la vida de las personas”, dijo.
En ese sentido consideró que han quedado en evidencia las grandes debilidades del sistema capitalista para atender la salud de sus ciudadanos.
También mencionó las permanentes demostraciones de racismo que se manifiestan en el seno del imperialismo norteamericano y la doble moral de la administración Trump, cuando celebran, por ejemplo, las protestas en Hong Kong, pero arremeten contra el pueblo estadounidense que en las últimas semanas ha salido a las calles a rechazar la represión y la violencia racista policial en ciudades estadounidenses.
En cuanto a las permanentes amenazas contra Venezuela ratificó que siempre “en cada base de defensa integral habrá un hombre y una mujer cada día más comprometidos, cada día más armados y armadas de voluntad, de conciencia y también con las armas de la República para hacer valer su soberanía nacional”.
En este acto de Gobierno, el jefe de Estado, Nicolás Maduro, otorgó la condecoración Orden Libertadores y Libertadoras en su primera clase y Orden Francisco de Miranda a efectivos militares, policiales y pobladores que participaron el la Operación Negro Primero Aplastamiento del Enemigo, en la que fueron abatidos algunos integrantes del grupo de mercenarios, mientras que otros fueron capturados.
