OEA le «lava la cara» al desastre electoral de EE.UU.

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La Organización de Estados Americanos (OEA) salió de su mutismo. Pero no lo hizo para cuestionar las múltiples irregularidades a la vista de todo el mundo. Sino más bien para «bendecir» la marcha de unos comicios presidenciales, que por su falta de desenlace, acrecientan las posibilidades de una guerra a lo interno de los Estados Unidos.

Para los técnicos de la OEA el proceso se a llevado a cabo sin «irregularidades graves que pongan en entredicho el resultado». Salvo que las elecciones fueron el martes 03 de noviembre y a 4 días del evento no hay un ganador oficialmente proclamado. Pero eso es normal para la misión de observación del polémico organismo.

¿Qué hubieran dicho?

Tan sólo habría que imaginar las declaraciones incendiarias del señor, Luis Almagro, si esto hubiera pasado en Venezuela, Bolivia o Nicaragua. Por citar solo algunos casos que retratan de cuerpo entero el doble rasero de un organismo complaciente, sumiso por completo al poder internacional de EE.UU.

Lo cierto es que mientras algunas proyecciones dan vencedor a Biden con una ventaja amplia en el voto electoral. El actual presidente norteamericano, que aspira a la reelección para un segundo mandato de 4 años, asegura que le han hecho fraude. El republicano, Donald Trump, sostiene que su equipo de abogados entablará nuevas demandas.

Los días siguen pasando y la incertidumbre se acrecienta, mientras grupos armados favorables a Trump, se mantienen a la espera de instrucciones. Estos factores han demostrado ser extremadamente violentos y aprovechan la legislación de ese país para armarse hasta los dientes con equipos de guerra ultrasofisticados.

Todo eso le parece normal a la OEA. El mismo organismo que hace un año realizó un informe amañado para dar «soporte jurídico» al golpe de Estado contra el histórico líder indígena, Evo Morales. Ahora toma la palabra para intentar lavarle la cara «a la primera democracia del mundo», que hace aguas.

El impresentable secretario general de esa «cosa tan fea que es la OEA«, no ha dicho una palabra. La comunidad internacional se pregunta con asombro, dónde se habrá metido este señor. No sin ironía el ex presidente boliviano, Evo Morales, le ha sugerido a Trump que acuda ante Almagro a denunciar su supuesto fraude. «El mundo al revés» como decía el querido escritor uruguayo, Eduardo Galeano.

 


 

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