A medida que van surgiendo documentos e investigaciones queda más claro que la cadena de actos de brutalidad policial que tienen lugar en EE.UU., no son hechos aislados. A la luz de recientes revelaciones queda en evidencia que se trata de una formación bien delimitada. Efectivamente, en los cuerpos de seguridad del país que se autoproclama paladín de la democracia, los policías son formados para matar.
No se trata de una exageración, ni mucho menos de un señalamiento en abstracto. Gracias a una investigación del medio alternativo Democracy Now!, se conoció que los oficiales del cuerpo de Policía de Kentucky utilizan al genocida, Adolfo Hitler, como modelo de actuación.
En una presentación en diapositivas para la formación de los agentes, el referido cuerpo policial hace alusión a Hitler. Y se toma referencia expresa de algunos de sus retorcidos pensamientos. Así se resaltan aspectos como que: la violencia es siempre la forma más efectiva y eficaz de lo logar un objetivo.
Asesinos despiadados
“El primer elemento para el éxito es el uso constante y regular de la violencia”. Y se insta a los oficiales a que sean asesinos despiadados.
Hitler representó el epítome del racismo durante el pasado siglo XX. Sus teorías y su praxis proclamaban la existencia de una “raza pura”, que tenía el derecho de exterminar a todos aquellos pueblos que no fueran “arios”. Su descabellada tesis sirvió de pretexto para el genocidio de entre 5 y 6 millones de ciudadanos judíos. Pero sus “hipótesis” también han sido el fermento para el fuerte racismo contra los afrodescendientes, tanto en Europa, como en EE.UU.
Los abominables casos de brutalidad policial en territorio norteamericano, cada vez son más frecuentes y espantosos. Todos se producen en medio de la más absoluta impunidad. Ello a pesar de que existe claro registro de los excesos. Estos “oficiales” formados con la seudoideología hitleriana, ni se preocupan de que tengan que pagar por sus crímenes.
Entre los casos más sonados de estas barbaridades, destaca el bestial asesinato de George Floyd. El policía que lo mató está libre, tras haber pagado una fianza millonaria. Aún no está suficientemente claro de dónde salió el dinero para que este criminal volviera a las calles.
EE.UU. es un país que se hunde cada día más en la ignominia de un racismo genocida e institucionalizado. Y pensar que así pretende dar clases de Derechos Humanos a la humanidad.