Los EE.UU. presiona a la Unión Europea para que no acompañe las elecciones parlamentarias en Venezuela programadas para el 6 de diciembre de este año.
De acuerdo a Carrie Filipetti, subsecretaria adjunta en la oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado; sus aliados del viejo continente «deberían entender que no pueden dialogar con el gobierno venezolano».
De acuerdo a la narrativa de Washington, la única solución para Venezuela es el derrocamiento del gobierno del presidente Nicolás Maduro como condición esencial para que haya “unas elecciones libres y justas”.
Para hacer más dramática la disuasión con la EE.UU. presiona a Europa para que no participe en los comicios parlamentarios, Filipetti apeló al diccionario de adjetivos con que el Departamento de Estado califica a sus adversarios diciendo que las autoridades legítimas de Venezuela son “asesinos, tiranos y terroristas”.
El garrote de las «sanciones»
Para la funcionaria estadounidense, la única colaboración admisible de la Unión Europea en los asuntos venezolanos es la de apoyar la imposición de más sanciones contra Caracas.
Sobre esto Filipetti dijo “hay mucha más presión que podemos aplicar sobre ellos”; refiriéndose con esto a seguir apretando al pueblo de Venezuela en su estrategia de máxima presión para provocar un cambio de régimen.
Washington busca que al menos en Venezuela Europa no le suelte la mano como sí lo hizo con la pretendida ratificación unilateral de todas las sanciones de la ONU a Irán, y por la cual confesaron sentirse “decepcionados”.
Las maniobras europeas
Mientras la diplomacia europea prueba con Caracas cierta autonomía diplomática respecto a las sugestiones de EE.UU., Josep Borrell sigue maniobrando para que las elecciones se posterguen al menos 6 meses más.
Por su parte, Venezuela hasta ahora sigue firme en la fecha de los comicios, los cuales son un mandamiento de la constitución. La misma establece de forma nítida la instalación del nuevo parlamento a partir del 5 de enero de 2021.
