EE.UU. fracasa en su política de máxima agresión contra la República Islámica de Irán. Esta semana el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas rechazó las pretensiones norteamericanas de extender el embargo de armas a la nación iraní. Esto pese a las presiones de la Casa Blanca y las amenazas de la administración del presidente estadounidense, Donald Trump.
La llegada de Trump a la presidencia norteamericana supuso el inicio de un período de mayor hostilidad de la diplomacia estadounidense contra Irán. No obstante, en forma similar a como ha sucedido con Venezuela los cálculos de los halcones se han estrellado contra la pared. Y es que hay una realidad mundial muy distinta, a la que estaban acostumbrados los altos funcionarios de Washington.
Anclados en el pasado
Tanto el ex consejero de Seguridad Nacional, John Bolton, como el actual secretario de Estado, Mike Pompeo, se quedaron anquilosados en el mundo bipolar de la guerra fría. Y todavía piensan que un chasquido a las naciones de sus áreas de influencia bastará para plegarlas ciegamente.
No obstante, el planeta ha cambiado mucho desde entonces. No sólo por el derrumbe del muro de Berlín, sino también por el desgaste que han sufrido los regímenes neoliberales, en distintas regiones. En el mundo pluripolar de la actualidad, las naciones emergentes han conformado nuevas alianzas, que han ido socavando la supremacía omnímoda de EE.UU.
Este veto a las pretensiones norteamericanas de extender el embargo de armas a Irán es un ejemplo claro. La moción no cuajó, porque Rusia y China se opusieron, mientras que Francia, Alemania y Reino Unido se abstuvieron de votar.
Secretario indignado
Esta situación, ha indignado a las autoridades de los EE.UU., especialmente, al secretario Pompeo, quien ha calificado el fracaso como “inexcusable”.
“El hecho de que el Consejo de Seguridad no actúe de manera decisiva en defensa de la paz y la seguridad internacionales es imperdonable”, expresó Pompeo en un comunicado. Luego resaltó que esta medida va contra el deseo de numerosos países árabes y sobre todo del régimen de Israel.
Washington había convocado esta sesión en la Organización de las Naciones Unidas (ONU), con el objetivo de votar sobre la extensión del embargo de armas convencionales contra Irán que, en virtud del acuerdo nuclear firmado en 2015, expirará el próximo 18 de octubre.
EE.UU. también intentó presionar a los iraníes para evitar la venta de gasolina al país. No obstante, las autoridades persas desoyeron las amenazas y le asestaron otra gran derrota a los jerarcas de la Casa Blanca.