Donald Trump no se compromete todavía en decir si aceptará o no los resultados de las elecciones presidenciales de noviembre. Consultado sobre este tema, el mandatario dijo en una entrevista al canal Fox News que: “tengo que ver, mira, tengo que ver”; y agregó, “no diré sí, así nada más”.
Esta respuesta esquiva fue rechazada por los líderes del partido demócrata como la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, quien declaró: “el hecho es que, lo quiera o no, se irá (Trump)”.
A esta reacción se sumó el comando de campaña de Joe Biden que dijo en un comunicado: “El pueblo estadounidense decidirá esta elección. Y el gobierno de Estados Unidos es perfectamente capaz de sacar a intrusos de la Casa Blanca”.
Nada nuevo
Esta indecisión de Trump de reconocer los resultados de las elecciones no es una novedad en su carrera política. En la campaña anterior tampoco lo hizo.
El Presidente norteamericano procura mostrar una actitud serena y segura ante las encuestas que le colocan por debajo de Biden. El magnate siempre recuerda que en 2016 también perdía en las mediciones ante Hillary Clinton, pero es él quien juró en Washington.
Más polémica
En otra parte de la entrevista a Fox News, Trump se mostró crítico con oficiales del Pentágono que favorecen la idea de rebautizar bases militares con nombres de oficiales «confederados».
A esta situación, Trump dijo: «no me importa lo que diga el ejército».
De esta forma el Presidente de EE.UU. despacha con desprecio uno de los temas más relevantes después de la pandemia: el racismo.
A raíz del asesinato de George Floyd por parte de un oficial de policía que le asfixió con su rodilla en el cuello, se desencadenaron protestas en todo el país. Los manifestantes exigen desde entonces una transformación política y repensar los símbolos históricos de la opresión venerados por la historia y homenajeados con estatuas.
