20 años han pasado desde aquella campaña de bombardeos por parte de la OTAN sobre Yugoslavia. 20 años de aquel 24 de marzo, que durante 78 días y al menos 2000 muertos, escribiría un nuevo capítulo en la historia de las injusticias en el mundo.
Comenzando el nuevo milenio, más de 9000 toneladas de bombas con uranio empobrecido fueron arrojadas y desde entonces los ciudadanos de ese país, se acostumbraron a esconderse en refugios antibombas y a rezar por sus vidas.
El presidente de Estados Unidos para ese momento, el controversial, Bill Clinton, había anunciado el ataque a Yugoslavia, enmarcándolo en una «intervención humanitaria» para impedir «la represión brutal» de las fuerzas yugoslavas contra la mayoría albanesa en la provincia serbia de Kosovo. Escenario que se repite a pesar de los años, la guerra y la invasión que deja desastres en las naciones donde se va a «ayudar» (Libia, Siria, Irak, Irán, Nicaragua, Haití, etc.)
El Ministerio de Defensa aseguró que Serbia nunca se unirá a la OTAN al cumplirse 20 años de los bombardeos en la antigua Yugoslavia, en la que fallecieron miles de ciudadanos inocentes. Jaume Castan Pinos, autor del libro ‘Kosovo y los efectos colaterales de la intervención humanitaria’, desafía a los «discursos hegemónicos en torno a este concepto de injerencia o intervención humanitaria»