Una política de doble rasero del gobierno de Estados Unidos ha denunciado el gobierno de la República Popular China, al considerar contradictoria la posición asumida por la administración Trump en torno a las manifestaciones que se han registrado en esa nación y en territorio hongkonés.
Recientemente medios chinos difundieron expresiones del portavoz del despacho de Relaciones Exteriores de Beijing, Zhao Lijian, quien se preguntó: «¿Por qué Estados Unidos glorifica las llamadas fuerzas independentistas en Hong Kong, pero critica a los manifestantes estadounidenses decepcionados con el racismo?».
En otra reflexión el funcionario del gobierno chino destacó que Washington criticó las acciones de la policía de Hong Kong, «pero disparó a sus manifestantes y movilizó las tropas de la Guardia Nacional».
Autonomía bajo soberanía
Por su parte la jefa del ejecutivo hongkonés, Carrie Lam, ha manifestado que «nada puede justificar que un gobierno, que una economía impongan sanciones a Hong Kong en respuesta a un proceso totalmente legítimo del gobierno central (chino), de las autoridades centrales que tomaron la decisión de poner en marcha leyes para Hong Kong para proteger mejor la seguridad nacional».
En noviembre de 2019 Donald Trump, promulgó «ley de Derechos Humanos y Democracia», en claro apoyo a los grupos que promueven las protestas contra la institucionalidad china en Hong Kong.
También ha amenazado con anular las relaciones comerciales, con estatus especial, que mantiene con la región administrativa perteneciente a China.
En cuanto a las declaraciones emitidas por voceros de Estados Unidos sobre los disturbios recientes tras el asesinato de un ciudadano afroamericano a manos de la policía de Minneapolis, en comparación con las protestas en Hong Kong, Lam afirmó que «hemos visto claramente en las dos últimas semanas el doble rasero que se aplica».
«Ustedes saben que hay disturbios en Estados Unidos y vemos cómo reaccionaron los gobiernos locales. Y luego en Hong Kong, cuando tenemos disturbios similares, vemos la posición que adoptan», dijo.
Más de siglo y medio después siendo colonia del imperio británico, Hong Kong regresó a formar parte de la República Popular China en 1997, pero como territorio con autonomía amplia en términos políticos y económicos.
Se estima que unas 1.300 firmas estadounidenses desarrollan actividades comerciales en Hong Kong, región que además brinda facilidades como la supresión de visa para el tránsito de ciudadanos norteamericanos hacia el territorio asiático.