El pasado 4 de mayo, el costeño pueblo de Chuao, en Aragua, hizo historia, al participar de manera protagónica en la aprehensión de 8 sujetos que hacían parte de un contingente entrenado para asesinar al presidente Nicolás Maduro y destruir toda la institucionalidad democrática vigente. Estos hombres, seis venezolanos y dos estadounidenses, se aproximaron en lancha a las costas de la localidad cacaotera y el pueblo pescador y miliciano, que ya estaba alerta de un intento de incursión marítimo por Macuto que había sido frustrado muy rápidamente por las autoridades militares y policiales, les capturó de inmediato. Acá le presentamos la narración de los hechos de uno de los protagonistas de una historia llena de heroicidad y valentía.
Chuao, mayo de 2020
Yo estaba sentado tranquilo en unos escalones cerca de donde terminaron amarrados los mercenarios, cuando de repente se oyen unas detonaciones y grita uno por allá: «Se cayó el helicóptero» en forma de jodedera y no le presté mucha atención.
Cuando de repente se escuchan otras detonaciones y se ve la lancha entrando en la bahía, yo me paro y me dirijo directamente hacia el malecón a ver qué era lo que se estaba presentando ahí.
Veo a los mercenarios de pie, eran 6 de pie, no reconocí a ninguno y la lancha no era de aquí y les digo que levanten las manos y que se dirijan hacia la playa. Cuando llegan a la playa no se querían bajar de la lancha y tuve que apuntarlos de nuevo y bajaron uno a uno, cuando los iba bajando les decía «súbete la camisa» al ver que estaban desarmados los bajaba y les amarrábamos las manos.
Cuando los estaba bajando, ya había llegado bastante gente y ellos pusieron el mecate para amarrarlos, porque las esposas no alcanzaron. Cuando terminamos de amarrar a los 6 mercenarios venezolanos, nos dimos cuenta que habían 2 gringos acostados escondidos en la lancha. A esos los bajé yo y los amarré yo, al rato me dicen quiénes son y por qué estaban ahí.
Ellos nos ofrecieron dinero, estaban regalando relojes y nos decían, sobre todo el hijo de Baduel, que esto era por la libertad de Venezuela. Tenían una bolsa con dólares, algunos del pueblo agarraron los relojes, pero igual fueron presos.
La Guardia nacional llegó inmediatamente, fragata se posicionó al frente de la playa rapidísimo, la policía de Choroní también llegó rápido y se llevaron a los mercenarios.
Hice algo arriesgado pero sentí la responsabilidad de salir al paso, fue un impulso natural, sin saber si me dispararían, no solo los mercenarios sino el helicóptero, que me vio con una pistola en la mano sin saber si estaba a favor o en contra. Gracias a Dios se pudo neutralizar a los mercenarios y que no llevaran a cabo su plan».
Pescador miliciano de Chuao