77 personas de una organización dedicada a las estafas por internet, a través de las llamadas «cartas nigerianas», fueron detenidos por autoridades españolas este fin de semana. La banda criminal, operaba desde la ciudad de Valencia y sus victimas eran ancianos residentes en Estados Unidos, Chile, Alemania, Francia Suiza, Suecia, Corea del Sur y otros paises, según señaló la Guardia Civil en un comunicado.
Las estafas de las «cartas nigerianas» es un delito informático que consiste en hacer creer a la víctima que son beneficiados por una herencia inexistente y persuadirla mediante engaño, para que realicen pagos por adelantado como condición necesaria para acceder a la supuesta fortuna.
Las investigaciones internacionales iniciaron en febrero del año 2018, tras una denuncia de una mujer estadounidense contactada por la red criminal; Interpol, Europol y otras agencias policiales de varios países participaron en las averiguaciones.
Durante la operación de registros en 9 municipios de la provincia de Valencia se incautaron documentos y equipos técnicos, además de 1 millón de euros en billetes simulados de dólar, 250 mil en billetes de diverso valor y se bloquearon 270 mil euros en cuentas bancarias.
Modus operandi
Según el parte policial, los líderes de esta organización enviaban de forma masiva, correos electrónicos y fax de un abogado ficticio, en los que anunciaban el fallecimiento en España de un familiar que habría dejado una herencia de varios millones de euros.
Luego de lograr el engaño, otro miembro de la banda se hacía pasar por el director de la empresa de seguridad o del banco donde estaría depositado el dinero heredado y así lograr recibir la transferencia de las víctimas.
Generalmente una mujer recogía en un taxi a los perjudicados y los llevaba a la propia delegación de provincial del Ministerio de Hacienda donde fingía tramitar documentos, luego los trasladaban a un complejo de trasteros que simulaban otra empresa de seguridad, estos le mostraban una caja de seguridad donde estaría depositada la herencia y les cobraban en efectivo parte de los «gastos de gestión».
Luego de cancelar, informaban que el abogado encargado del caso estaba enfermo y les contactaría luego para continuar los trámites, al volver a su país de origen, recibían nuevas excusas, culpaban a organismos y juzgados españoles con documentos falsificados y solicitaban el pago de nuevos gastos de gestión de una herencia que nunca llegaba.
Agencias/RRV