A pesar de los cambios realizados a la propuesta de Brexit presentado por el gobierno británico en las manos de la primera ministra Theresa May, la cámara de los comunes rechazó una vez más el acuerdo de salida de la Unión Europea por parte de Gran Bretaña. En la votación la mayoría de los diputados 391 votaron en contra de la nueva propuesta y 242 han votado a favor.
Uno de los pocos puntos con los que May intentó alcanzar un acuerdo con la mayoría de los miembros del parlamento durante los últimos meses, es el advertir que el rechazo al acuerdo dejaría graves consecuencias. A su vez el ministro de la oficina del gabinete David Lidington declaró que las alternativas a la votación quedaban limitadas a dos: Votar por este acuerdo o hundir al país en una crisis política.
Entre las lejanas opciones manejada para mantener con vida el acuerdo de salida, la primera ministra ha citado algunas: Un nuevo referéndum, una petición de prorroga y negociar una nueva salida con la Unión Europea (UE), así como también crear un Brexit duro y abandonar la UE de manera abrupta. Por su parte el líder de la oposición Jeremy Corbyn, ha pedido que se deseche la posibilidad de un Brexit duro y ha mencionado la opción de convocar elecciones generales.