El pasado 8 de abril, la opositora Gabriela Arellano publicó a través de su cuenta en Twitter, un video en el que le escucha plantear una serie de falacias respecto a los venezolanos que retornan de manera voluntaria a su Patria, en virtud de la vulnerabilidad en la que estaban fuera de su país, sometidos a todo tipo de vejámenes, xenofobia y discriminación.
En las últimas semanas hemos sido testigos de miles de desalojos, lo que ha dejado a familias enteras desamparadas en la calle. Sin un techo y sin comida. Esto incrementa la situación de vulnerabilidad de la migración venezolana.#MigrantesEnRiesgo pic.twitter.com/ha9SHRZLCN
— Asamblea Nacional (@AsambleaVE) April 8, 2020
Arellano hace un llamado al autodenominado Grupo de Lima, conformado por los gobiernos de derecha de Brasil, Chile, Ecuador, Perú y Colombia, ante la imposibilidad de destruir a Venezuela dentro de la Organización de Estados Unidos. Pero son los mismos gobiernos que hoy enfrentan un desbordamiento en las cifras de contagios de covid-19 por la renuencia a decretar medidas tempranas de prevención y protección de los más vulnerables.
¿De qué programas está hablando Arellano?
¿De las urnas de cartón que entrega el gobierno de Ecuador por no saber que hacer con los fallecidos por la pandemia? ¿Del desprecio de Iván Duque hacia los médicos colombianos? ¿Del tratamiento que da la dictadora de Bolivia cuando lanza la policía contra sus connacionales que regresan de Chile? ¿De la esperanza del gobierno chileno que espera que el coronavirus «se convierta en buena persona»?, ¿O del récord de Bolsonaro con el primer lugar de casos contagiados de covid-19 en América Latina?.
Venezuela ha sido reconocida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) por aplicar de manera satisfactoria los protocolos de prevención y contención del covid-19 y a través de relaciones de respeto, solidaridad y hermandad, ha adquirido insumos médicos, pruebas, y todo el equipamiento necesario para enfrentar esta pandemia, pese al feroz bloqueo estadounidense.
La opositora Gabriela Arellano, en una expresión de asco, repugnancia y fascismo, afirma que «los venezolanos caminando a Venezuela son un peligro de contagio para todo el hemisferio»; como buena discípula de su maestro Julio Borges, quien afirmó que «Venezuela es el foco de todo lo que significa la degradación social que puede ser una enfermedad contagiosa».
Para la Revolución Bolivariana no es así, son compatriotas que son recibidos con alegría, amor y atención directa por parte de un gobierno que a diferencia de los del Grupo de Lima, es responsable de su pueblo en cualquier circunstancia.
Arellano también dice los migrantes «al llegar a Venezuela lo que se consiguen son campos de concentración que lidera el genocida de Freddy Bernal».
Estos son realmente los «campos de concentración»:
En compañía del compatriota Mervin Maldonado, nos encontramos trabajando arduamente para evitar que el virus se propague por nuestra frontera. Tenemos establecido un sistema para garantizar la salud y tranquilidad del pueblo venezolano.
¡Ante el #Coronavirus #QuédateEnCasa! pic.twitter.com/nbn48aShax— Freddy Bernal (@FreddyBernal) April 11, 2020
Recientemente el presidente Nicolás Maduro decretó en los municipios Simón Bolívar (San Antonio del Táchira) y Pedro María Ureña del fronterizo estado Táchira un toque de queda preventivo y el ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, informaba el miércoles último que inmediatamente después fueron activados planes de atención social y epidemiológica para los connacionales que están regresando progresivamente a través de los caminos legales.
No es de extrañar esta sarta de mentiras y de expresiones de ignorancia para alguien que invirtió su pasaje por la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad de Los Andes en construir bombas molotov.
Es así como una vez más, en un contexto de emergencia mundial, la derecha nacional hace gala de su vacío moral, intelectual y político; demostrando la gran verdad del Comandante Chávez: «son la nada».
