El cuarto Clásico de la temporada lo ha usado la FC Barcelona para dejar a un Real Madrid, con solo una puerta de salida que salve la temporada y esa es la que más difícil tiene, incluso desde antes de caer el día de hoy contra el archirrival y despedirse virtualmente de La Liga, ya hace unos días el Barça le echó de la Copa del Rey en semifinales.
En la primera parte el recuerdo de la semifinal de Copa pasada lo tenían presente en el club catalán, que estuvieron en serios problemas al quedar su primera línea defensiva muy atrasada en el campo, y el equipo debla capital española debe aprender del encuentro de hoy, que abrir mucho su juego, es casi un suicidio contra equipos de atacantes élites.
El Madrid salió en la segunda mitad en estado de excepción, arrebatado y apuntando al futuro: Kroos y Bale se marcharon entre la indiferencia y el silbido. El Barça, más habituales con Valverde que con cualquiera de sus antecesores, pero le sujetaron excepcionalmente Piqué y Lenglet ante las acometidas de Vinicius y Reguilón, la nueva izquierda, esa fue la base del juego para que los muchachos azulgranas se hicieran de la victoria que trae al Madrid consecuencias más allá de este juego.
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