República Dominicana experimentó un colapso eléctrico total este martes, sumiendo a la nación en un apagón generalizado que provocó un inmediato estallido de protestas ciudadanas. La falla catastrófica se originó en la subestación de San Pedro de Macorís, la cual pertenece a la Empresa de Transmisión Eléctrica Dominicana (ETED), y desató una reacción en cadena que paralizó la vida nacional. La indignación ciudadana se manifestó con fuerza, convirtiendo el rechazo al corte de energía en una movilización nacional.
El suceso generó un efecto dominó devastador, pues el fallo principal causó la desconexión automática de todas las plantas de generación del país. Específicamente, la termoeléctrica Punta Catalina, un pilar crucial del sistema eléctrico nacional, dejó de operar. Este incidente paralizó servicios esenciales, desde sistemas de bombeo de agua potable hasta redes vitales de telecomunicaciones, afectando a múltiples provincias. Consecuentemente, la interrupción provocó un caos vehicular masivo y retrasos significativos en las principales zonas urbanas del país.
Además, el impacto del corte de energía golpeó duramente a sectores críticos. Hospitales, entidades bancarias y miles de pequeñas y medianas empresas se vieron gravemente comprometidos en sus operaciones diarias. El colapso del sistema de semáforos exacerbó la situación, paralizando por completo el tránsito en las principales arterias viales. Por lo tanto, la afectación se extendió a los hogares, interrumpiendo servicios básicos y elevando el nivel de frustración pública.
Impacto Crítico: Hospitales, Bancos y el Colapso del Tránsito Sufren las Consecuencias
Las autoridades respondieron al incidente anunciando acciones inmediatas. La ETED y el Ministerio de Energía y Minas (MEM) activaron una investigación exhaustiva para determinar el origen preciso de la falla. En otras palabras, buscan establecer si el colapso fue resultado de un problema técnico simple, una sobrecarga operativa, o una debilidad estructural en el sistema de transmisión. El Consejo Unificado de las empresas distribuidoras informó que sus equipos técnicos trabajan incansablemente para lograr el restablecimiento completo del servicio eléctrico.
Mientras tanto, las calles se convirtieron en el epicentro de la disconformidad. El hecho detonó protestas cívicas espontáneas a lo largo y ancho del país. Los ciudadanos utilizaron la quema de neumáticos y el bloqueo de calles en diversas zonas para expresar su profundo malestar ante la vulnerabilidad del sistema eléctrico nacional. De este modo, la presión pública se intensificó notablemente sobre las autoridades.
El ministro de Energía y Minas, Joel Santos, confirmó que una avería inicial escaló rápidamente hasta afectar el sistema en su totalidad, generando el temido “blackout”. A pesar de todo, el Gobierno nacional aseguró que está implementando un plan riguroso para restaurar el servicio eléctrico de manera gradual y segura en todas las regiones afectadas. Finalmente, la investigación determinará las responsabilidades detrás de este masivo apagón y las medidas necesarias para reforzar la estabilidad del sistema eléctrico dominicano y evitar futuras crisis.



