El presidente de Colombia, Gustavo Petro, condenó nuevamente los ataques a embarcaciones en el mar Caribe y el océano Pacífico durante su enérgica intervención en la plenaria de la IV Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y la Unión Europea (UE), que se lleva a cabo en Santa Marta.
El mandatario no se guardó críticas contra la política exterior de la Administración de Donald Trump, afrontando la tensión creciente y buscando proyectar un liderazgo que trasciende las fronteras. La inclusión de Petro en la lista de sancionados por supuestos vínculos con el narcotráfico, sin que se presentaran pruebas concretas, desencadenó una intensa ofensiva diplomática por parte del Gobierno colombiano.
Sostuvo firmemente que se están cometiendo asesinatos selectivos en las aguas, calificándolos directamente como «simplemente un asesinato, una ejecución extrajudicial». Además, el jefe de Estado criticó el uso inapropiado de la etiqueta “narcoterrorista” para justificar estos crímenes, mencionando el reciente caso de un líder social y pescador asesinado en Santa Marta. El mandatario neogranadino expresó su expectativa de que «tanto Europa, como América Latina y el Caribe constituyan una especie de faro democrático de la humanidad» ante «la situación de barbarie» que el mundo atraviesa.
Gira estratégica y crítica a la OTAN
En esa línea, el presidente Petro criticó la ineficacia de la integración latinoamericana para enfrentar estos problemas. Por ello, llamó a reformar los estatutos de la Celac para otorgarle una mayor y necesaria capacidad de acción. Desde que la Administración de Donald Trump lo sancionó, Petro ha intensificado su actividad internacional, durmiendo pocas noches en la Casa de Nariño y emprendiendo una gira estratégica que lo llevó por Oriente Medio, visitando Arabia Saudí, Egipto y Qatar. Posteriormente, viajó a Belém, en la Amazonia, para reunirse con el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva en la apertura de la cumbre climática de la ONU, la COP30.
Así pues, Petro cuestionó la dirección de la política de defensa europea, señalando: “El que se lleve a Europa a invertir en más armas, de acuerdo a su Producto Interno Bruto (PIB), es un error de Europa si hace caso, no es un problema de defensa y seguridad, no es Rusia el enemigo, es la crisis climática el enemigo”.
Se refería directamenteal compromiso de los miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) de aumentar su gasto militar. Su discurso siempre ha mantenido una postura crítica contra los combustibles fósiles.
Diversificación y liderazgo global
La tensión con la administración Trump ha escalado notablemente en los últimos meses. Petro sufrió la temida descertificación en la lucha antinarcóticos, perdió su visa, y ahora enfrenta sanciones del Tesoro norteamericano. No obstante, esto no ha frenado el nutrido calendario de compromisos internacionales del colombiano, quien ha buscado proyectar un liderazgo más allá de sus fronteras.
Como aliado tradicional de Washington, Bogotá recibió un duro golpe con los recortes a la agencia de cooperación USAID. De hecho, una crisis diplomática anterior se resolvió gracias a la mediación de diplomáticos, pero evidenció la necesidad urgente de diversificar las relaciones. Por lo tanto, Petro, que ejerce la Presidencia pro tempore de la Celac, ha insistido en que Latinoamérica establezca un “diálogo horizontal” con otras regiones del mundo, libre de autoritarismos y de imperialismos. Colombia se apuntó incluso a la Iniciativa de La Franja y la Ruta de China, buscando nuevas alianzas.
En consecuencia, se han abierto nuevas embajadas y se ha reabierto la de Ghana. El viceministro de Asuntos Multilaterales, Mauricio Jaramillo Jassir, subrayó que el Gobierno colombiano posee una ambición global que busca expandir la diplomacia. El encuentro en Santa Marta confirma esta intensa actividad. El presidente Petro pidió al emir de Qatar que mediara para “desescalar el conflicto” con Trump, defendiendo el éxito de su Gobierno en la incautación de cocaína. Con estos antecedentes, la cumbre Celac-UE ofrece la oportunidad perfecta para que Petro insista en que la región cierre filas frente al desafío de la política exterior estadounidense.



