—¿Cuál ha sido el incomparable triunfo de la audaz Armada Invencible bloqueadora?
—Hasta ahora, la temeraria Armada Invencible, incrementada a 9 destructores, un acorazado Lake Erie programado para su desguace, un submarino atómico y enjambres de amenazadores cazabombarderos, aplicó todo su incomparable poder de fuego para reventar con un misil lo que según el video parece una lanchita de pescadores de dieciocho pies de eslora con humildes motores fuera de borda.
—¿Qué pruebas contundentes quedan de la victoria?
—La oportuna explosión desintegró asimismo tripulantes y todo indicio del supuesto cargamento. No medió advertencia, registro, ni acto hostil de las víctimas. Se trata de asesinato con premeditación y alevosía, agravado con piratería por ser cometido en alta mar y fuera de jurisdicción de aguas territoriales.
—¿Es el Caribe tierra de nadie donde se puede destruir naves y vidas irresponsablemente?
—No. La Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) en 2014 proclamó a América Latina y el Caribe como Zona de Paz basada en el respeto de los principios y normas del Derecho Internacional, los instrumentos internacionales de los que los Estados miembros son parte, y los principios y propósitos de la Carta de las Naciones Unidas.
—¿Sirve un desfile naval para combatir el narcotráfico?
—No. Los narcóticos se trafican en tierra, aire y mar mediante un complejo sistema que comprende financiamiento bancario, apoyo de las policías que deberían combatirlo, complicidad del gobierno y redes de distribución omnipresentes que suplen a los estadounidenses consumidores, que en Estados Unidos, según su Encuesta Nacional sobre Consumo de Drogas y Salud, son 24,9% del total: uno de cada cuatro ciudadanos.
—¿Los narcos son indetectables?
—No. El ex agente de la CIA Edward Snowden en su libro Vigilancia permanente (Editorial Planeta, 2019) testimonia que Ira Hunt, el director de tecnología de la CIA, declaró desembozadamente que “tenemos prácticamente a nuestro alcance la posibilidad de procesar toda la información generada por el ser humano”. Resultaría muy casual que los únicos exentos de esta supervigilancia fueran los narcos o sus cómplices en el gobierno y el sistema financiero.
—¿Tienen eficacia los cargos de “narcoterrorismo, tráfico de armas, lavado de dinero y corrupción” interpuestos el 26 de marzo de 2020 por el fiscal general de Estados Unidos contra el Presidente legítimo de Venezuela, y la consiguiente recompensa de 50 millones por su asesinato o captura?
—El flamante fiscal parece no haber aprendido que los poderes de Estados Unidos sólo pueden aplicarse a ciudadanos de ese país por actos cometidos en su territorio. Ordenar el secuestro de ciudadanos de otros países en el exterior sin debido proceso de extradición es intento de extender en forma ilimitada los poderes de Estados Unidos a todos los territorios y los habitantes del globo. Tampoco es legal que Estados Unidos ofrezca recompensas por secuestrar o asesinar personas no sometidas a sus leyes ni residentes en su territorio: se trata de un soborno que hace a sus promotores reos del delito de incitación a delinquir.
—¿Lograría una invasión militar yanki controlar los estupefacientes?
—No. Dondequiera que llegan tropas estadounidenses irrumpe masivamente la droga. En Panamá desde 1905; en México durante la expedición punitiva de Pershing en 1916, en Europa por el pacto del gobierno para indultar al jefe narco Lucky Luciano en 1942 a cambio de colaboración. En Cuba, el contubernio de la base de Guantánamo con el dictador Batista protegió la instalación de la mafia de Luciano y Meyer Lanski. En Laos, Camboya y Vietnam la CIA instauró el narcotráfico mediante su aerolínea Air America. La misma agencia traficó estupefacientes para financiar el affaire “Irán—Contras” en Nicaragua. Para resumir, los sitios donde se instalan bases o tropas estadounidenses devienen enclaves del tráfico: Afganistán, Siria, Guatemala, Perú, Ecuador, Colombia, Panamá. Estados Unidos no es la excepción.
—¿Tienen los bloqueadores un programa político?
—Sí, el documento Land of grace, presentado por María Corina Machado en inglés. Comprende la privatización de Petróleos de Venezuela, la eliminación del sistema de pensiones y de educación gratuita, la venta masiva de todas las propiedades de la República y la entrega de las zonas con recursos naturales, económicos, comunicacionales, estratégicos o turísticos a empresas extranjeras exoneradas de pagar impuestos y de cumplir con las normas laborales.
—¿Estados Unidos pretende invadir Venezuela por generosidad?
—No. Estados Unidos es el mayor consumidor de energía fósil del mundo; importa 40% de la que devora, sus hidrocarburos de fracking son los más costosos del mercado, sus reservas según Wikipedia se agotarán en 15 años y ocupan un modestísimo onceno lugar, mientras que las de Venezuela son las primeras del planeta.
—¿La invasión será para esta noche?
—No. La invasión de Granada requirió 7.000 marines; la de Panamá necesitó 30.000, la de Vietnam del Sur en 1969 consumió 450.000. Invadir y controlar un país de más de 30 millones de habitantes y 915.445 kilómetros cuadrados requeriría efectivos incalculables.
—¿Estamos solos ante un coloso?
—A fuerzas globalizantes, estrategias globales. En el mundo actual avanza un conflicto entre la Alianza Atlántica de Estados Unidos y la Unión Europea, representados por el G7, el G20 y la Organización Mundial del Comercio, y los países emergentes como China, Rusia, Irán, Brasil y la India, representados en el Asean, la Organización para la Cooperación de Shangai, el Brics+, el Mercosur, el Alba, Unasur, la Celac y los No Alineados. Para nada les interesaría que, si cayera Venezuela, un hemisferio del planeta y sus incomparables riquezas quedaran bajo la hegemonía exclusiva de Estados Unidos. Como en 1902 y 1903, lo más probable es que una hábil diplomacia del equilibrio nos salve una vez más de la planta insolente del extranjero.
—¿Es el bloqueo arma inmediata e infalible?
—Preguntar a Nicaragua, bloqueada desde hace 46 años, a Cuba, bloqueada hace 65, y a la República Popular China, bloqueada hace 80 años y hoy primera potencia del mundo.