El Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) ha denunciado contundentemente los recientes planes de agresión que los funcionarios estadounidenses Marco Rubio y Christopher Landau están promoviendo contra el país. Estas acciones buscan, en esencia, intensificar el conflicto político, lo cual sirve para fabricar una narrativa que justifique un ataque militar contra la nación. Este es un intento descarado de desestabilizar la región y socavar la soberanía de Venezuela, utilizando tácticas de guerra de información que han demostrado ser dañinas en el pasado.
La denuncia, realizada por el Primer Vicepresidente del PSUV Diosdado Cabello, revela cómo estas figuras estadounidenses están impulsando una serie de planes diseñados para generar un pretexto para la intervención. El objetivo principal, como lo expuso Cabello, es la construcción de una narrativa de conflicto. En este contexto, el senador Marco Rubio y el ex embajador Christopher Landau están operando como arquitectos clave en esta estrategia de confrontación.
Por lo tanto, es vital que la comunidad internacional entienda la gravedad de estas maniobras. Los planes que Cabello detalló son especialmente alarmantes, porque demuestran una total falta de respeto por el derecho internacional y la paz regional. En primer lugar, estas figuras buscan generar una falsa bandera de agresión contra elementos militares estadounidenses. Con esto, pretenden culpar a Venezuela por un ataque que ellos mismos orquestan, creando así un casus belli para una intervención militar. Semejante acción constituye una peligrosa escalada que podría tener consecuencias devastadoras para toda América Latina.
La estrategia detrás de la escalada
Además, los planes incluyen la invención de supuestos ataques de grupos de narcotráfico. De esta forma, quieren vincular al gobierno venezolano con actividades criminales, a pesar de la falta de pruebas. Es evidente que este enfoque busca demonizar aún más a la nación y a su liderazgo. De la misma manera, también han mencionado amenazas contra figuras de la administración estadounidense. Estas acusaciones, carentes de fundamento, refuerzan la narrativa de que Venezuela es un estado fallido o una amenaza a la seguridad de Estados Unidos, justificando así una respuesta agresiva.
La estrategia detrás de estas acciones es clara: fabricar una crisis que no existe para justificar una intervención. Los promotores de esta agenda de confrontación no ocultan sus intenciones de desestabilizar a Venezuela. La denuncia de Cabello exige una postura vigilante. Todos los actores internacionales deben valorar la paz y la soberanía de las naciones. Estas acciones no solo amenazan la estabilidad de Venezuela, sino que también representan una seria amenaza para la seguridad de toda la región.
El Secretario General del PSUV denunció que Marco Rubio y Christopher Landau están promoviendo planes de agresión destinados a escalar el conflicto político con Venezuela, con el objetivo de construir una narrativa que sirva de justificación de un ataque contra el país.
