En el centro de la opinión mundial continua la Cumbre de Alaska 2025. Abunda la manipulación, pero hay también reconocimientos objetivos. Muchos han caído en la trampa de señalar a las partes como ganadores y perdedores, y esto les sirve más para el juego de la manipulación que el análisis objetivo.
Todo depende de las tendencias políticas que reflejen esos medios. Aquellos vinculados al sector liberal occidental rusófobo atacan ferozmente al presidente Trump y lo colocan como perdedor, en cambio dan como ganador al presidente ruso, Vladimir Putin, pero no como muestra de “amor”, sino solo en la medida que esto les sirve para atacar a Trump.
Sí, es cierto que la Cumbre de Alaska mostró al presidente Putin como un gran estadista y el más brillante estratega geopolítico mundial, alguien que no hizo concesiones, pero la realidad es que eso ya no es noticia, esto lo saben hasta sus enemigos.
La gran noticia de Alaska fue la proyección diplomática positiva del presidente Trump, y es esto precisamente lo que los rusófobos quieren manipular y atacar. Aclaramos que a Trump lo consideramos un personaje nefasto, imperialista y cómplice del genocidio del pueblo palestino en Gaza. Sin embargo, desde el punto de vista de la realpolitik, y la gran geopolítica, que a veces es muy cruel, la actitud del presidente Trump fue positiva; sin esa actitud la Cumbre de Alaska hubiese sido un fiasco.
Si nos imagináramos que en la presidencia de Estados Unidos continuara el rusófobo Biden, entonces no hubiese habido ninguna cumbre. Trump demostró que no asume la inútil e irracional rusofobia como estrategia política. A su lado los demás dirigentes occidentales rusófobos lucen como adefesios y mediocres políticos. Trump recibió a Putin amigablemente, con todos los honores de un gran jefe de Estado, y como un igual. No solo eso, Trump no esconde su sincera admiración sobre el presidente ruso.
No obstante, el factor principal y decisivo del éxito de esa cumbre hay que buscarlo en la estrategia vencedora de Rusia en el campo de batalla, en la economía y en una lógica negociadora infalible. Hay un personaje que no estuvo físicamente en Alaska, pero determinó su éxito: el heroico soldado ruso y su valentía en el campo de batalla.
