El presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro Moros, reafirmó con contundencia la lucha del país en la defensa del Esequibo, un tema que continúa siendo un pilar central en la política exterior venezolana. Durante una reciente intervención, el mandatario venezolano abordó una amplia gama de temas cruciales, desde las sanciones internacionales hasta la necesidad de reformar el orden mundial, enfatizando la posición soberana de Venezuela en cada una de estas áreas.
El presidente Maduro también respaldó la consignación de un estudio que documenta el impacto de las sanciones internacionales sobre el país, una acción llevada a cabo por la vicepresidenta Ejecutiva, Delcy Rodríguez, ante la Corte Penal Internacional (CPI). Este documento subraya la firme postura de Venezuela frente a lo que considera una agresión económica sistemática.
En primer lugar, Maduro calificó el momento actual como un desafío para el derecho internacional, destacando que la humanidad vive una etapa compleja marcada por el resurgimiento de corrientes neonazis que, según él, desconocen y buscan destruir el derecho internacional. En esta misma línea, el Presidente arremetió contra lo que considera la imposición de hegemonías violentas por parte de Estados Unidos, que buscan someter a las economías emergentes.
“Pretenden golpear a las grandes economías de los BRICS: China, India, Brasil, Rusia, Sudáfrica… Rusia ganó la guerra económica, política y diplomática”, afirmó, mostrando una clara alineación con las potencias que buscan un equilibrio multipolar.
Inacción y cobardía
Por otra parte, el jefe de Estado denunció duramente el papel de organismos multilaterales como la Organización Mundial del Comercio (OMC) y la Organización de las Naciones Unidas (ONU). En un tono crítico, el presidente venezolano declaró que “la OMC falleció por inacción y cobardía” y que “la ONU está herida de muerte cada vez que cae una bomba sobre los niños palestinos que buscan comida”.
Sin duda, estas declaraciones revelan un profundo escepticismo sobre la capacidad y la voluntad de estos organismos para actuar de manera justa y efectiva en el contexto global actual. A raíz de esta crítica, anunció una estrategia de doble acción por parte del Estado venezolano: Primero, denunciar el carácter parcial y la inacción cómplice de los organismos internacionales; y segundo, continuar actuando dentro de estos espacios para llevar la voz de Venezuela con la esperanza de una recomposición del orden mundial.
En relación con la disputa territorial sobre la Guayana Esequiba, el mandatario nacional reiteró que Venezuela no reconoce ninguna decisión que emane de organismos internacionales fuera del marco del Acuerdo de Ginebra. Este acuerdo, firmado en 1966, es el único instrumento que Venezuela reconoce para la solución pacífica de la controversia. En este sentido, el presidente Maduro recordó que
“Nosotros hicimos una consulta al pueblo venezolano el 3 de diciembre de 2023, eso se convirtió en un mandato que ratifica el camino histórico de defender el Esequibo como territorio integral de Venezuela”, lo cual otorga un respaldo popular y democrático a su posición.
Defensa de la soberanía
Además, el presidente Maduro aseguró que todos los documentos consignados ante la CPI reflejan esta posición, y reafirman la perseverancia del país en la defensa de su soberanía. Al final, en un mensaje desafiante, el Presidente concluyó con una declaración que resume la inquebrantable postura del gobierno: “Hagan la maniobra que hagan, patéenle, gasten sus reales, pero al final va a prevalecer el Acuerdo de Ginebra y la verdad de Venezuela”.
En definitiva, la postura del presidente Maduro y del gobierno venezolano se mantiene firme y sin vacilaciones, con el objetivo de preservar la integridad territorial y la soberanía de la nación en la defensa del Esequibo.