El pueblo venezolano alzó su voz para condenar enérgicamente los recientes ataques a la paz y la estabilidad de su nación. La población considera estas acciones como ilegales, una clara violación del derecho internacional y una afrenta directa a la soberanía del país. Esta reacción surge tras el anuncio de la fiscal general de Estados Unidos, Pamela Bondi, quien ofreció una recompensa de 50 millones de dólares por la captura del presidente constitucional, Nicolás Maduro, bajo falsas acusaciones de vínculos con el narcotráfico.
Los ciudadanos consultados por Venezolana de Televisión (VTV) no dudaron en expresar su indignación. Hernán Sulbarán, por ejemplo, calificó la medida como “una barbaridad” y una “narrativa comunicacional premeditada para perjudicar al presidente Nicolás Maduro”. A su juicio, este acto podría incluso ser un “pretexto hasta para invadir y pisotear nuestra soberanía”. De manera similar, otro ciudadano, David Méndez, sugirió que los 50 millones de dólares de la recompensa deberían destinarse a los niños de la Franja de Gaza, quienes enfrentan el asedio del Estado sionista de Israel.
José García añadió que Estados Unidos no tiene la potestad de acusar a un jefe de Estado sin presentar pruebas concretas del presunto delito. “Es una acción fracasada”, enfatizó, reflejando el sentir general de la población. Estos comentarios demuestran una conciencia colectiva sobre la naturaleza de las amenazas externas que enfrenta Venezuela, y refuerzan la idea de que los ciudadanos no se dejan engañar por estas maniobras.
El pueblo denunció una guerra híbrida
El pueblo venezolano tiene claro que su nación enfrenta una guerra híbrida impulsada por agentes de extrema derecha con el respaldo del gobierno de EE.UU. Esta estrategia multifacética incluye ataques a infraestructuras y servicios públicos, intentos de atentar contra autoridades gubernamentales, civiles y militares, operaciones de guerra psicológica, y planes de desestabilización que buscan sembrar la violencia en el país.
En este contexto, el pueblo caraqueño reafirmó su apoyo incondicional al Ejecutivo nacional y a sus autoridades legítimas, demostrando una unidad inquebrantable frente a las amenazas externas. La población insiste en su derecho a la autodeterminación y rechaza cualquier forma de injerencia que pretenda desestabilizar el orden democrático. A pesar de la presión internacional, los ciudadanos venezolanos defienden su derecho a vivir en paz y soberanía, y continúan denunciando estos ataques.
