Día de victoria con ricitos |Por: Oscar Bravo

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Es una mediodía de sonrisas y lágrimas emocionadas alrededor de los ricitos y los pasos de Maikelys Espinoza. Viene de Maiquetía y ahora está en el salón Simón Bolívar del Palacio de Miraflores. Y va caminando entre caras que hasta hoy le eran desconocidas: el presidente Nicolás Maduro, Cilia Flores, Delcy Rodríguez; en el otro sofá están Alex Saab y su esposa Camila Fabri, que también saben de secuestros. Las más importantes, su madre y su abuela. Su abuela no la conocía, porque nació en Perú y después la pelotearon entre varios “hogares sustitutos” en EEUU.

Para los secuestradores era una rehén chiquitica, porque les parece que no somos gente. La mandan en un avión sin confirmar si venía. Como un paquete más. Aquí encuentra a gente que la rescató, con un compromiso de verdad. “La celebración le corresponde a las madres y a las abuelas… Casi que fue el regalo del Día de la Madres.No importa, lo alargamos hasta hoy”, dice Nicolás Maduro.

“Firmeza y certeza hubo en todo momento”, dice Cilia. Porque el Presidente ha cumplido. Diplomacia la llaman, a esa disposición inmensa que le permite tratar con los secuestradores. “Quiero darle las gracias a Jorge Rodríguez, nuestro comisionado para los diálogos de paz”, dice Maduro.

El agradecimiento alcanza también al pueblo movilizado y solidario, a las organizaciones por los derechos civiles y de los migrantes en Estados Unidos, a movimientos agrupados en la Internacional Antifascista que hicieron sus pronunciamientos en todo el mundo (epa, que no estamos solos ni aislados). Para sorpresa de algunos, también Nicolás le agradece al presidente Donald Trump y a sus enlaces diplomáticos.

Sí, al propio jefe de los secuestradores; el que sin ningún rubor ha declarado la guerra a los migrantes en su país, unos 11 millones de personas que han tenido que esconderse y vivir en el miedo; al que desempolvó la “Ley de Enemigos Extranjeros” para encerrar a más de 200 venezolanos en un campo de concentración en El Salvador. Al mismo que en sus arrebatos de arrogancia plantea “quedarse” con la Franja de Gaza y construir, sobre los cadáveres y las ruinas de los edificios de un pueblo que resiste, un “gran centro vacacional”. Los bolivarianos sabemos enfrentar las situaciones y al señor Trump le agradece. Sin duda, somos gente y el Presidente nos hace sentir orgullosos.

El compromiso es traer al país a todos los secuestrados sin delito, sin acusación y sin proceso. Las víctimas del odio de aquí y de allá.

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