La mañana de este lunes 21 de abril, las palabras del cardenal Kevin Joseph Farrell, Camarlengo de la Santa Romana Iglesia, anunciando el fallecimiento del Papa Francisco, retumbaron al mundo católico con estas palabras: «Queridos hermanos y hermanas, con profundo dolor debo anunciar el fallecimiento de nuestro Santo Padre Francisco. A las 7:35 de esta mañana, el Obispo de Roma, Francisco, regresó a la casa del Padre». Ahora seguirán el protocolo para atender la muerte del Papa.
Además, agregó que «Toda su vida estuvo dedicada al servicio del Señor y de Su Iglesia. Nos enseñó a vivir los valores del Evangelio con fidelidad, valentía y amor universal, especialmente en favor de los más pobres y marginados. Con inmensa gratitud por su ejemplo de verdadero discípulo del Señor Jesús, encomendamos el alma del Papa Francisco al infinito amor misericordioso del Dios Uno y Trino».
De esta manera, las autoridades del Vaticano comenzaron todo un proceso y un protocolo que ahora deben cumplir para gestionar la partida física de esta autoridad y a su vez garantizar una transición ordenada en el liderazgo eclesiástico.
Y es que en noviembre de 2024, Francisco aprobó una nueva edición del “Ordo Exsequiarum Romani Pontificis”, el cual regula el rito fúnebre de un Papa. Las modificaciones buscan simplificar ciertos aspectos de la ceremonia y expresar de manera más clara la fe en Cristo resucitado.
Protocolo
Según se conoció en medios locales, tras la confirmación de la muerte, debe cumplirse el protocolo donde el cuerpo del Papa lo colocarán en un ataúd de madera con interior de zinc, en lugar del antiguo sistema de tres ataúdes (ciprés, plomo y roble). También quedó eliminado el velatorio privado en la capilla del Palacio Apostólico, por lo que el cuerpo lo trasladarán directamente a la Basílica de San Pedro, donde permanecerá expuesto en un féretro abierto, sin el uso de un catafalco ni la colocación del báculo papal.
Posteriormente, la misa exequial se celebrará en la Plaza de San Pedro, presidida por el decano del Colegio Cardenalicio. En la ceremonia, se evitarán títulos asociados al poder temporal, utilizando expresiones más sencillas como “Obispo de Roma” o “Pastor”.
Cabe destacar que Francisco expresó su deseo de ser inhumado en la Basílica de Santa María la Mayor, en Roma.
Durante el período de Sede Vacante, el camarlengo se encarga de administrar los asuntos temporales de la Iglesia.
Nuevo Papa
Asimismo, el nuevo pontífice lo elegirá un cónclave en la Capilla Sixtina, en cuyo transcurso los cardenales votarán en secreto hasta alcanzar una mayoría de dos tercios.
Una vez elegido un nuevo Papa, junto con las papeletas se quema una sustancia que genera un humo blanco -fumata blanca-, señal que le transmite al mundo que hay un nuevo líder de la Iglesia Católica, quien posteriormente, lo presentarán a los fieles desde el Balcón Central de la Basílica de San Pedro, con el tradicional anuncio: “Habemus Papam”.