El ministro del Poder Popular para Relaciones Exteriores, Yván Gil Pinto, aseguró que la Organización de Naciones Unidas (ONU) está secuestrada por burócratas “que han hecho de los derechos humanos un negocio, un arma de chantaje político al servicio de intereses oscuros”.
Desde Ginebra (Suiza), durante su intervención en el Segmento de Alto Nivel del 58° Período de Sesiones del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, el diplomático explicó que un claro ejemplo de esta distorsión de funciones han sido los ataques a Venezuela, pues la nación ha sido “víctima de esta maquinaria perversa, que fabrica informes con datos falsificados, promueve narrativas diseñadas por agencias de inteligencia y da legitimidad a operaciones de desestabilización”.
El canciller Gil precisó que todas estas operaciones han sido “financiadas con fondos públicos de gobiernos que se dicen defensores de la democracia, pero que han alimentado estafas de grupos fascistas venezolanos, quienes desde el extranjero han vivido del saqueo de activos y de la mentira como negocio”.
En ese sentido, acusó a la administración del expresidente de los Estados Unidos (EEUU), Joe Biden, de promover una estructura de agresión económica y financiera, que recibió el apoyo de la Unión Europea (UE).
“Desde aquí preguntamos: ¿Dónde están los miles de millones de dólares robados por sus supuestos aliados en Venezuela? ¿Quién responde por el despojo descarado de CITGO? ¿Cuántos de esos fondos de la USAID han terminado en cuentas privadas de corruptos, mientras aquí se nos acusa con informes fabricados?”, cuestionó.
El Ministro señaló que la organización multilateral “se ha convertido en un mercado donde los derechos humanos se subastan al mejor postor”, en lugar de ser un espacio para la justicia y la paz; al tiempo que cuestionó que desde “este Consejo se arman campañas de desinformación contra Venezuela y se hace silencio absoluto frente al genocidio del pueblo palestino en Gaza (…) Es el colmo de la hipocresía”. Además, criticó la corrupción institucionalizada en la ONU, como la financiación de “proyectos fantasmas con el único propósito de atacar a gobiernos soberanos”, haciendo referencia a la USAID.
Finalmente, aseguró que “la írrita Comisión de Determinación de Hechos es un simple mecanismo para captar dinero de la USAID y otras agencias, recursos que terminan engrosando las cuentas de los mismos operadores políticos que se presentan aquí como <<defensores de los derechos humanos>>”.