Elon Musk y la Usaid | Por: Alexandra Mulino
En la década de los años 60, del siglo XX, intelectuales-militantes de la talla de Rodolfo Quintero y Federico Brito Figueroa denunciaron la relación entre la Agencia Central de Inteligencia (CIA), sus distintas ramas y las investigaciones universitarias financiadas de corte antimarxista a fin de deslegitimar, en última instancia, a los gobiernos que optaran por el socialismo o el comunismo.
De igual manera, revelaron la dependencia entre la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid) y la ejecución de proyectos académicos con marcado acento anticomunista con la clara intención de penetrar y desmovilizar el movimiento estudiantil y profesoral combativo.
En los años 90, la consecuencia inmediata fue la implantación del pensamiento único como verdadero, en detrimento del discurso científico-social, a partir de proposiciones socioculturales relativistas en torno del “todo vale”. En el caso de la teoría marxista fue censurada a partir de bases subjetivas, anulando la relación entre la teoría y la praxis.
En los albores del siglo XXI, las concepciones idealistas aún levantan sus banderas no sólo a favor de los gobiernos de derecha sino también promoviendo y asesorando gobiernos de izquierda sobre la base de concepciones antimarxistas en pro de un socialismo utópico como que si la política económica dependiera, exclusivamente, de valores culturales y no de las propias leyes de la economía que son histórico-sociales.
Vale subrayar que estos develamientos movieron a risa a muchos dirigentes políticos progresistas al tratar a la izquierda revolucionaria con términos despectivos, por ejemplo “dinosaurios”, “trasnochados” y “paranoicos”.
Sorpresivamente, las declaraciones tergiversadas del sinvergüenza de Elon Musk sobre la Usaid, calificándola de marxista, despertó la conciencia de algunos centro-izquierdistas que en su momento llamaron “izquierda colonial” a los que por años denunciaron el objetivo político desestabilizador de esta agencia y los distintos “brazos” socioculturales y académicos generados por Washington.
Ante este panorama, la reconstrucción de la memoria marxista venezolana y nuestroamericana es una prioridad política e ideológica.
Alexandra Mulino
ÚN.