En la plétora de “centros de pensamiento” que operan con el financiamiento de agencias norteamericanas, de la Unión Europea y de miles de ONG que funcionan como “muñecas matrioskas” disfrazadas de “donantes”, destaca, en Venezuela, el Centro de Divulgación del Conocimiento Económico para la Libertad (mejor conocida como Cedice Libertad). Con muchos recursos, se dedica a investigaciones detalladas, principalmente de carácter económico, y a formar a jóvenes estudiantes en las teorías neoliberales y “libertarianas”: sobre el modelo, por así decirlo, de Javier Milei y la oposición extremista venezolana, empezando por María Corina Machado, quien es parte activa del mismo.
Es público y notorio que los dólares llegan principalmente de la National Endowment for Democracy (NED) y la Usaid, aunque otras instituciones siempre están dispuestas a proveer financiamiento para la desestabilización del país. En este caso, trabajaron en alianza con el Instituto canadiense Fraser para presentar el Índice de Libertad Económica en el Mundo 2024 (EFW, por sus siglas en inglés).
Cada año, este estudio evalúa a 165 países del mundo a partir de cinco componentes que ellos consideran asociados a la libertad económica: moneda sana; tamaño del gobierno; sistema legal y derechos de propiedad; libertad de comercio internacional y regulaciones crediticias, laborales y de negocios. “Después de décadas de aumentos lentos pero constantes, la libertad económica mundial alcanzó su punto máximo en 2019, pero ha disminuido en cada uno de los tres años transcurridos desde entonces, lo que no ha sucedido desde que comenzamos a medir la libertad económica hace más de 25 años”, dijo Matthew Mitchell, investigador principal del Instituto Fraser y colaborador del informe. A nivel regional, la puntuación más alta la obtuvo este año Panamá (7.62/10), mientras que el territorio “económicamente más libre de todo el mundo” ha resultado ser Hong Kong, seguido de Singapur y Suiza.
Según este nuevo Índice que el Fraser Institute de Canadá, ha elaborado en alianza con Cedice Libertad, Venezuela es uno de los países con menos libertad económica en el mundo. En esta oportunidad, se enfatiza que Venezuela ocupó la última posición (165) del índice con una nota de 3.02 puntos sobre 10, siendo la libertad de comercio el componente donde resulta “mejor”, en contraste con el de la “moneda sana”.
El centro de pensamiento libertariano presenta también el más reciente Índice elaborado por la Property Rights Alliance, una red de 93 think tanks de 49 países, dentro de los que se encuentra Libertad y Desarrollo, que defiende las patentes y la privatización del conocimiento. Al igual que en el caso anterior, Venezuela se posiciona como uno de los países donde “menos se respetan los derechos de propiedad”.
Este estudio reconoce que solo involucra a 125 naciones, pero dice abarcar a más del 90% de la población global, en evaluar tres grandes categorías: entorno legal y político; derechos de propiedad física; derechos de propiedad intelectual. Para esta ocasión, Venezuela ocupó de nuevo el último lugar (125), con una calificación general de 1.9 puntos sobre 10. La nota más baja llegó en el ámbito del entorno legal y político, mientras que la mejor valoración llegó en el área de la propiedad intelectual.
A nivel regional, Uruguay encabezó en este estudio la lista con 6.4 puntos (posición global N.º 25), ubicándose como el país de Latinoamérica que más ofrece garantías al derecho de propiedad. Una tendencia que la derecha uruguaya ha acentuado y que, si vuelve a ganar en la segunda vuelta del domingo 24 de noviembre, se acentuará aún más, condenando a Uruguay al abismo en el que han caído otros países latinoamericanos que han vuelto a la derecha. hundidos, como Ecuador, alguna vez considerado una joya de desarrollo y seguridad para el continente.
Para entender de cual “libertad” habla el estudio, es suficiente leer cómo analizan la relación entre libertad económica y los sistemas de pensiones. Según EFW, en un mundo como el actual, en el que el crecimiento demográfico disminuye los sistemas de pensiones basados en contribuciones obligatorias de la población activa económicamente parecen tener sus días contados.
Entonces, sin vergüenza ni respecto por la fatigua de los que trabajan, los autores del estudio sostienen: “Si el objetivo es maximizar la libertad económica de los individuos, no debería haber ningún tipo de sistema de retiro obligatorio. Los individuos deberían tener la libertad de decidir cuánto trabajar, cuánto ahorrar y qué hacer con sus ahorros”. Por eso, con un lenguaje ambiguo que enmascara la verdadera naturaleza de la democracia burguesa, Cedice afirma que es “indispensable reemplazar el populismo de soluciones a corto plazo por la existencia de reglas de juego claras e instituciones económicas y políticas sólidas”.
La smismas reglas de juego que, desde la IV República, llevaron a la fundación de Cedice, en 1984, en Caracas, con el objeto de divulgar el pensamiento económico liberal, y que ha seguido al servicio de la extrema derecha golpista. La misma que admira, y se junta al capitalismo de las plataformas de Elon Musk y a su filosofía dirigida a los jóvenes: acostúmbrate a los videojuegos para que, alejándote de la realidad, puedas volverte realmente “inteligente”.
De qué color es la “libertad” de Musk, un hombre de poder elegido por Trump para aumentar la injerencia en países soberanos como Venezuela, se vio durante la violencia postelectoral y en su papel de apoyo a la extrema derecha venezolana. Se vio en el premio que concedió a la primera ministra italiana de extrema derecha, Giorgia Meloni, y en el abrazo de esta última al loco de la motosierra que gobierna Argentina, Javier Milei.
Gerladina Colotti