El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, ratificó su posición intervencionista al acoplarse a la línea de la Casa Blanca y reconocer el supuesto triunfo de Edmundo González Urrutia en las pasadas elecciones presidencias que dieron la contundente victoria a Nicolas Maduro.
A través de un breve comunicado, la cancillería ecuatoriana «exige el respeto incondicional de la voluntad de los votantes», sin tomar en cuenta los dictámenes del Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela, que luego de abrir un proceso de investigación certificó la veracidad de los resultados electorales. Proceso en el que la oposición venezolana no consigno ninguna prueba de fraude.
El pronunciamiento del gobierno de Noboa ocurre en medio de una crisis energética, de seguridad ciudadana e ingobernabilidad que lo ha llevado a perder popularidad drásticamente, acción que ha afectado la imagen de Ecuador a nivel internacional, cuyo fracaso se vio evidenciado en la última Cumbre Iberoamericana de Cuenca 2.024.