La Ley de Partidos Políticos y la de Procesos Electorales serán reformadas en las próximas semanas. Se abre un debate trascendental que pone en el centro el ineludible deber de cumplir con el artículo 130 de la Constitución, que expresa: “Los venezolanos y venezolanas tienen el deber de honrar y defender a la Patria, sus símbolos y valores culturales; resguardar y proteger la soberanía, la nacionalidad, la integridad territorial, la autodeterminación y los intereses de la nación”.
Teniendo este principio como guía es posible afirmar que los partidos políticos y quienes sean postulados como candidatos a cualquier cargo de elección popular tienen que defender a la nación.
¡Se acabó la guachafita!
Aquí, hace apenas dos meses, este pueblo fue víctima del intento de un grupo fascista de asaltar el poder mediante la violencia de los comanditos, de una embestida criminal de la dictadura mediática global, acompañada por la acción política y diplomática de los países que están subordinados a la élite imperial.
Una situación como esa no se repetirá. Resulta inaceptable que se utilice la agenda electoral para promover un golpe de Estado y la violencia.
La reforma a las leyes de Partidos Políticos y de Procesos Electorales debe dejar muy claro que quien solicite sanciones económicas, quien pida que fuerzas mercenarias vengan a matar venezolanos, quien no reconozca a los poderes públicos, quien reniegue de los hermosos símbolos de la Patria de Simón Bolívar, no puede ser candidato a ningún cargo de elección popular.
Y es más, quien no reconozca el resultado de la elección del 28 de julio, declarado por el Consejo Nacional Electoral, de manera oficial y certificado por el Tribunal Supremo de Justicia, no participará en la gran jornada electoral del próximo año.
Los partidos políticos tienen que ser responsables de sus decisiones, no puede admitirse que, como pasó con los que postularon a Edmundo González Urrutia, que luego, olímpicamente, digan ante el TSJ, que ellos no tuvieron nada que ver con el proceso y que no tenían testigos electorales.
Todo partido que postule se debe hacer cargo de sus postulados.
Que quede claro, de una vez por todas, que la democracia venezolana tiene un pueblo que la defienda.
¡La reforma va!