Las 25 víctimas mortales que el odio generado por la derecha extremista que los contrata, dejó en las primeras 24 horas posteriores a una pacífica jornada electoral parecen no existir en el discurso que ahora llega vociferando el cantante venezolano José Luis Rodríguez, mejor conocido como El Puma.
A pesar que hace 2 años estuvo presentándose en el país, en un gran concierto en la Sala Ríos Reyna del Complejo Cultural Teresa Carreño a casa llena, y de haber solicitado, en ese mismo momento, tener una audiencia con el mismísimo presidente Nicolás Maduro, para Rodríguez, Venezuela vive en una «dictadura».
De hecho, en un reciente video, que se unió a una campaña mediática feroz en contra del resultado de las pasadas elecciones presidenciales realizadas en julio, Rodríguez hizo una recomendación a algunos miembros del Partido Socialista Unido de Venezuela para que «hicieran sus maletas y se fueran del país».
En esta camaleónica transformación y cambio de postura, Rodríguez cayó en las presiones que antes había reconocido recibir por parte de la oposición venezolana, que lo obligaban a pronunciarse sobre el acontecer político del país y que también reconoció que no debía hacerlo.
Sin embargo, una vez más como camaleón y no puma, volvió a cambiar y ahora arremetió contra el gobierno democrático que lidera Nicolás Maduro.
Contra la misma pared
Hace un par de años se desató un escándalo por unas declaraciones de dos de sus hijas en las que estas le recriminaban a su padre, el flamante cantante, que había un interés en mencionarlas cuando necesitaba hacer un concierto o promocionar su libro. Así que no sorprende que esta misma actitud la tome con el tema político, porque cuando vino al país a presentarse en una tarima, ahí si estuvo interesado en conversar con el presidente que ahora vuelve a llamar «dictador».
José Luis Rodríguez, El Puma, formó parte de los artistas que estuvieron en otra tarima pero ubicada en la frontera con Colombia, cuando aquel concierto para «pedir ayuda» para Venezuela, pero no se le vio pidiendo que levantaran las más de 900 medidas coercitivas que siguen sometiendo a la economía del país y de la cual el gobierno continúa luchando y estableciendo mecanismos para que el pueblo no se vea afectado. Tampoco se le vio rechazando los intentos fallidos de magnicidio, o cuando en las costas llegaron un par de exmarines pretendiendo desestabilizar la paz de sus compatriotas.
Sigue el empeño de quienes residen en el exterior de pretender decidir caprichosamente los destinos y el futuro de esta Patria, que ya tomó su derecho constitucional en el acto de votación del mes pasado. Sigue la manipulación a la opinión pública mundial de una realidad que no se observa en las calles y que hasta ellos mismos pueden constatar que es otro cuento, cuando regresan a buscar tarimas para montarse.
El puma es solo uno más de quienes son capaces de vender su nación por recibir un poco de atención en redes sociales, volverse tendencia, y a pesar de la edad que tiene, aún parece no haber aprendido mucho a respetar a la mayoría que piensa distinto.