Lo que las leyes no prohíben, puede
prohibirlo la honestidad” (Séneca)
Qué desagradable ha sido para la moral pública venezolana todo el escándalo que ha ocasionado la trama sobre la terrible y vergonzosa corrupción del llamado caso Pdvsa-Cripto, el cual está siendo investigado a profundidad y con mucho profesionalismo por la Fiscalía General de la República y que, hasta el momento, se han estado develando unas increíbles y asquerosas acciones que podemos señalar como una perversa combinación de ambiciones económicas y políticas.
Es una tarea muy delicada y compleja lo que está investigando y evaluando el Ministerio Público venezolano, para encontrar todas las verdades conspirativas planificadas desde hace cierto tiempo, con unas monstruosas y perversas formas organizativas con propósitos antiéticos e ilegales, sobre una insólita y antipatriótica tríada: hacerse multimillonarios, destruir la economía nacional petrolera y asaltar el poder político.
Es impresionante observar cómo se logró concretar un pacto tan macabro entre personas inescrupulosas y con un total pragmatismo entre ex altos funcionarios del Gobierno nacional y la ultraderecha política más antichavista y que, hasta ahora, ha resultado imposible calcular con exactitud los miles de miles de millones de dólares desfalcados al tesoro nacional y todos los daños ocasionados a la población.
Qué situación más incómoda y terrible para el Gobierno nacional, cuando se tienen a los traidores dentro de casa (Tareck El Aissami y un grupito), que actuaban en complicidad con los más acérrimos enemigos políticos del chavismo y que, de paso, son prófugos de la justicia venezolana, como son los casos de Leopoldo López y Julio Borges, aunque se sospecha que hay más personas involucradas dentro de la oposición más radical.
Hasta ahora, todo conduce a pensar que el expresidente de la industria petrolera venezolana, considerado superministro y que llegó a ser vicepresidente ejecutivo de la República, tenía planes de ser presidente de Venezuela, en alianza con la ultraderecha nacional y con el apoyo del imperialismo estadounidense.
Seguramente, estamos en presencia de un extraño pacto histórico-político -económico de lo más bochornoso que se haya podido detectar.
Politólogo