En otra campaña para promover el bloqueo contra la República Bolivariana de Venezuela, el dirigente de extrema derecha, Juan Guaidó; llamó a las empresas petroleras internacionales que tienen intención de reactivar operaciones en la nación suramericana para que se abstengan de hacerlo.
Con esta posición, Guaidó juega nuevamente a mantener los embates de las dificultades económicas que generaron las medidas coercitivas unilaterales; impuestas por el gobierno de Estados Unidos, con el apoyo de algunas facciones de la oposición nacional.
De acuerdo con declaraciones públicas que ofreció en la ciudad de Caracas, el autoproclamado «presidente interino» reiteró sus señalamientos contra el mandatario ruso, Vladimir Putin y contra el presidente Nicolás Maduro, a quienes tildó de «dictadores».
«Las empresas que se están saliendo hoy (de Rusia) con razón de un dictador, no van a estar cambiando un dictador por otro», fue la expresión de Guaidó para rechazar los anuncios de que algunas transnacionales de los hidrocarburos regresarán a trabajar en sus compañías mixtas, junto al Estado venezolano.
Por otra parte, ratificó su postura en cuanto al deseo de utilizar la posibilidad de levantamiento de sanciones por parte de la Casa Blanca; como un instrumento de condicionamiento o chantaje para lograr un cambio de gobierno de forma inconstitucional.
¿Sabotaje y bloqueo?
Mediante una reunión a comienzos de marzo, el gobierno de Estados Unidos acudió a dialogar con el jefe de Estado venezolano, Nicolás Maduro, en busca de retomar el intercambio comercial y actividades petroleras ante las tensiones por el conflicto entre Rusia y Ucrania.
Sin embargo, el exdiputado Guaidó emprendió una cruzada; para tratar de impedir que esos acercamientos se concreten y hagan posible a la economía nacional superar las dificultades. En los últimos días medios y agencias adelantaron que la compañía transnacional Chevron, ya inició el proceso para reactivar sus operaciones.
Con las sanciones que se afianzaron en 2019 contra la industria petrolera venezolana, la nación perdió 99% de sus ingresos. Y tuvo que lidiar con un período de grandes dificultades económicas, que coincidió con los embates de la pandemia por covid-19 a escala mundial.
Es por ello que Washington orientó su demanda hacia el mercado de Rusia, pero ahora también sufre una primera fase de desabastecimiento e incremento en el precio del combustible, al tiempo que impone más sanciones contra el gobierno de Vladimir Putin, como represalia por las operación militar especial que avanza en Ucrania.