Desde hace más de una semana, las principales ciudades de Haití han sido escenario de fuertes manifestaciones, en reclamo de la renuncia del actual gobierno. El saldo ha subido a 7 personas muertas en los enfrentamientos con los organismos del orden público.
A diario, calles trancadas, basura quemada y cientos de jóvenes manifestando en contra del actual presidente, Jovenel Moïse.
Aunado a eso, un periodista fue herido de bala en un brazo, durante un tiroteo entre policías y además se escaparon 78 presos en la ciudad de Aquin, al sur de la isla.
El Descaro
Esta situación no ha sido tema de discusión en las mesas de organismos internacionales como la OEA, ni preocupa al Grupo de Lima, mucho menos se ha hablado de esto en la ONU, aún no se pronunciado la Unión Europea ante esta ola de reprensión y protestas, todo esto porque Haití no es un país petrolero y no posee riquezas en recursos minerales que puedan despertar el interés de las grandes potencias capitalistas.
“Es una insurrección popular: los haitianos ocupan las calles y está claro que Jovenel no tiene más opción que renunciar”, declaró Prophète Hilaire, uno de los manifestantes, otro dijo: “El presidente nos mintió. Sus promesas de puestos de trabajo para que podamos al fin tener dinero, fue un engaño. Hace dos años que está en el poder y el pueblo tiene aún más hambre”, así dijo Vanel Louis Paul otro haitiano descontento, “Si no quiere irse vamos a hacer que la burguesía que lo apoyó sufra, para que entienda”, agregó.
Haití atraviesa desde el 7 de febrero una profunda crisis política. Las actividades están paralizadas. El descontento contra el gobierno de Moïse tras la publicación de un informe del Tribunal de Cuentas que denunció la desastrosa gestión y el desvío de unos 2.000 millones de dólares de Petrocaribe y por haber incumplido con sus promesas electorales, agravado la pobreza, lo más importante es que ante esta situación el primer mandatario haitiano no se ha pronunciado y permanece en silencio.
RedRadioVe