El gobierno de EE.UU. otrogó este lunes un Estatuto de Protección Temporal (TPS, por su sigla en inglés) para migrantes venezolanos. La medida beneficiaría a unas 326 mil personas, quienes pudieran trabajar legalmente en el país durante los próximos 18 meses, sin riesgo de deportación.
La decisión fue firmada el mismo día en que la orden ejecutiva de Obama cumplía 6 años de castigo sobre la población de Venezuela. Asegura Estados Unidos que la decisión se debe a «medidas extraordinarias temporales». Resulta curioso que una medida de esta naturaleza no llega acompañada del levantamiento de las medidas coercitivas unilaterales que dañan a más de 30 millones de venezolanos, dentro y fuera de su país.
Los potenciales beneficiarios del TPS deben reunir una serie de condiciones. Entre ellas residir en Estados Unidos antes del 9 de marzo de 2021, día del anuncio, y haber entrado al país con pasaporte venezolano. No tener antecedentes penales y pagar 540 dólares en aranceles.
Desde Colombia, el presidente Iván Duque, el mismo que apoyó a Donald Trump durante su campaña, felicitó la decisión de Biden. El mandatario uribista aplaudió esta iniciativa porque según él contribuiría a apoyar «a miles de nuestros hermanos venezolanos que se encuentran en su país, huyendo del hambre y la desolación derivada de la dictadura de Nicolás Maduro».
Dándose una catadura de estadista de alcance global, Duque mencionó la aprobación del EPT de Biden como una medida que está a la saga de la iniciativa que tomó primero del supuesto estatuto de protección temporal para los venezolanos indocumentados en Colombia.
La respuesta de Arreaza a Duque
A esta posición bastante lisonjera, para no decir empalagosamente aduladora de Duque, el canciller venezolano respondió.
En un tuit, Jorge Arreaza le dijo al presidente colombiano que: «Todo un derroche de hipocresía y farsa. Promueve el bloqueo y el sufrimiento del pueblo venezolano, se niega a vacunar a los migrantes, avala planes violentos en su territorio para atacar Venezuela».
Y para rematar, el jefe de la diplomacia venezolana le espetó: «Iván Duque quiere hacer creer al mundo que es un tierno y solidario corderito», y a lo mejor en esta última parte se aguantó las ganas de escribir mejor: «un tierno cerdito» por aquello de que se parece mucho al personaje de comiquitas Porky.
Mientras Biden juega a simular compasión por Venezuela y las complicaciones de los migrantes en los EE.UU., reiteró que su país no tiene prisas en retirar las sanciones contra la nación bolivariana.
Tan interesante como esta confesión de seguir prologando su estrategia de máxima presión sobre Caracas es su reconocimiento a revisar a aquellas sanciones que «castigan inncesariamente a los venezolanos».
La promesa de la administración e Biden es hacer de éstas «más efectivas» para presionar un cambio de régimen.
Washington ofrece 15 millones de dólares a grupos terroristas/mercenarios como premio por el asesinato de Nicolás Maduro, jefe del Estado venezolano. Eso se llama Lawfare en su variante militarizada. Mientras siga existiendo, todo "gesto" de Biden hacia Venezuela es superficial.
— William Serafino (@williamserafino) March 9, 2021