Quizás por la alta tasa de pacientes recuperados (sobre el 95%); tal vez por la efectividad del método desarrollado por las autoridades venezolanas; o simplemente porque después de varios meses hay más adaptación a las exigencias de una nueva normalidad, algunos sectores de la población han caído en la tentación de bajar la guardia. Sin embargo, semejante conducta constituye un craso error. Sobre todo ahora es cuando más conviene cumplir rigurosamente con todos los parámetros de bioseguridad para enfrentar a la covid-19.
Esto es vital para mantener a raya la letal pandemia en Venezuela. De lo contrario el riesgo de un rebrote o segunda oleada, dejaría de ser una probabilidad para convertirse en una certeza. Al menos eso es lo que se desprende del más reciente informe semanal emitido por el ministerio del Poder Popular para la Salud. De acuerdo con el mencionado documento:
«En la última semana hemos mantenido un promedio de 3.981 casos activos, 451 casos nuevos y 452 altas al día. Veníamos de una reducción sostenida de casos desde mediados de septiembre hasta la última semana de octubre, cuando entramos en una meseta que se ha mantenido con poca variación en los meses de noviembre y diciembre (…) En promedio tenemos 106 casos activos más que la semana pasada», refiere el estudio.
Por ello, el propio presidente, Nicolás Maduro, alerta que de no aplicarse correctivos, tanto por parte de las autoridades, como de la población en general, se podría registrar un nuevo aumento importante en la curva de contagios. «De seguir con esta tendencia se esperaría un incremento de casos activos para la próxima semana. Consideramos necesario reforzar las medidas de protección individual y colectiva», explicó el jefe del Estado.
Navidades sanos y en paz
De hecho en una de sus recientes alocuciones, el Ejecutivo llamó a extremar los niveles de vigilancia. Así como a la revisión «con Gaceta en mano» de cuáles comercios están autorizados para operar. En tal sentido, aseveró que establecimiento que no tenga licencia y esté abierto será cerrado. Para el máximo portavoz de la revolución, urge: «Retomar el megáfono con la Policía Nacional, a ponerse el tapaboca (…). Hay que estimular la conciencia. ¿Ustedes quieren pasar Navidades felices y en paz?, ¿Quién no quiere pasar la Navidad sano y en familia?«, se preguntó el dignatario.
Y ciertamente, el cuadro planteado es como para encender lo que podría catalogarse como un «alerta temprana». Esto porque la situación aún se encuentra dentro de límites perfectamente manejables, pero si no se actúa con rapidez se podrían generar complicaciones innecesarias.
En ese contexto, hay entidades con un mayor número de contagios activos, al cierre de la semana que va del lunes 7 al domingo 13 de diciembre. Es el caso de Distrito Capital (714), Zulia (534), La Guaira (516), Miranda (451) y Yaracuy (644). Asimismo Táchira (302), Lara (273) y Carabobo (274). No obstante, Venezuela tiene registro de 12 casos activos por cada 100 mil habitantes. Una cifra bastante manejable sobre todo si se compara con el guarismo de vecinos desbordados, como Colombia (2.871,73 casos / por cada 100 mil) y Brasil (3.294,97), por citar sólo los ejemplos más dantescos.
Pero, a causa de la elevadísima capacidad de contagio mostrada por la covid-19, conviene extremar las alertas. Especialmente, cuando se registran 534 casos importados activos: 452 ingresados por La Guaira en vuelos internacionales.
También, en la semana descrita, se duplicó el número de contagios importados. Ello impulsado por infectados que llegaron en su mayoría en vuelos comerciales. Así, arribaron 174 de República Dominicana, 115 de Panamá, 89 de Turquía, 3 de España, 23 Ecuador, 22 de Curazao, 7 de Portugal y 5 de México.
Nueva cuarentena
Ante esta situación el jefe del Estado ha señalado que para el mes de enero de 2021, está prevista la aplicación de una cuarentena radical de por lo menos 14 días. De igual modo, Maduro explicó que se están diseñando y evaluando un conjunto de medidas para fortalecer la contención del virus, que de ser necesario se aplicarán también durante las navidades.
Por ello exhortó a las autoridades y a la población a ser garantes del cumplimiento de la bioseguridad. Especialmente, en las unidades de transporte público y el sistema Metro en la urbe capitalina. No hay que bajar la guardia.
A pesar del bloqueo norteamericano, que ha significado al mismo tiempo un despojo de ingentes cantidades de recursos y trabas para importar medicamentos e insumos, Venezuela ha sido un referente mundial y latinoamericano en la lucha contra la pandemia de covid-19.
Como refiere el informe mensual, en su edición número 1, del Instituto Samuel Robinson dedicado a la covid-19, el país tiene una de las tasas más bajas de la región, de personas fallecidas. De hecho, en una lista de 17 países latinoamericanos y caribeños, Venezuela ocupa el penúltimo lugar con menos de 1 mil decesos. Esto contrasta, de forma significativa, con casos como Brasil (más de 180 mil muertos), México (más de 110 mil), Colombia (más de 39 mil) y Chile (cerca de 16 mil).
Este documento elaborado por los investigadores Franco Vielma y William Serafino, reseña que entre los meses de marzo, abril, mayo y junio la pandemia en Venezuela se mantuvo completamente a raya. En total, en ese período se registraron apenas 5.832 casos.
Repunte y trocheros
Luego vendría un repunte con en los meses de julio, agosto y septiembre, impulsado en buena medida por el llamado fenómeno de los trocheros. En estos tres meses, se reportaron 69.290 contagios.
En paralelo, el gobierno nacional ha podido implementar un método propio, denominado 7+7 plus, mediante el cual se ha podido flexibilizar el confinamiento para que la economía respire. Pero sin bajar la guardia.
Este mecanismo desarrollado en Venezuela guarda cierta correspondencia con el planteamiento de la «Danza y el martillo», desarrollado por el ingeniero español, Tomás Pueyo. El ahora popular analista de origen ibérico recomienda la búsqueda de un equilibrio entre el endurecimiento y la flexibilización de las medidas preventivas. Todo sobre la base de cómo se comporte la curva de contagios.
En el país, previo a las elecciones del 6D, se venía experimentando un descenso sostenido en la tasa de nuevos infectados. Ello motivó al primer mandatario nacional para decretar una flexibilización ampliada, sin bajar la guardia, durante todo el mes de diciembre, por la llegada de las fiestas navideñas.
No obstante, esto no quiere decir que tenga que haber un relajamiento de las medidas de seguridad. No hay que bajar la guardia. Al contrario, es cuando más debe prevalecer el distanciamiento físico, el uso obligatorio de la mascarilla, así como la aplicación de geles alcoholados. Tampoco es recomendable la realización compulsiva de festejos y reuniones sociales.
Vacunación a la vista
La no observancia de las normas puede conllevar a un repunte incontrolados de casos. El gobierno ha demostrado coherencia y capacidad de respuesta. Y también la población ha estado a la altura de este desafío. Pero hoy más que nunca conviene mantener a punto esa simbiosis (pueblo-gobierno) para no bajar la guardia. Sobre todo, porque ya estamos en la recta final de un proceso de vacunación masiva, que permitiría la ansiada inmunidad del rebaño.
En tal sentido, el presidente Maduro ha anunciado que estima que para abril se inicie un proceso masivo de vacunación. Para ello se están gestionando cerca de 20 millones de dosis de la vacuna rusa Sputnik V. «Vamos a la vacunación segura, con vacunas certificadas por la Organización Mundial de la Salud y nuestras autoridades sanitarias».
No es momento de aflojar, ni bajar la guardia. Ahora es cuando más debemos mantener en nuestro día a día la filosofía de la Danza y el martillo. Es decir disfrutar los beneficios de la flexibilización, pero con plena conciencia. Es la hora de acatar en todo momento medidas, cuya efectividad ya está plenamente comprobada. Como por ejemplo el uso de la mascarilla y la distancia física, entre otras. Se impone la máxima conciencia colectiva.