La justicia bonaerense realizó esta mañana diversos allanamientos en la casa y consultorio de Leopoldo Luque, el último médico personal de Diego Armando Maradona, quien fue imputado en la investigación por su posible responsabilidad en el fatal desenlace del ídolo argentino, que falleció el último miércoles a los 60 años.
La decisión de los operativos, realizados en el barrio porteño de Núñez -la clínica- y el partido bonaerense de Adrogué -el domicilio-, surgió del juez de garantías de San Isidro Orlando Díaz, a partir del pedido de los fiscales actuantes Patricio Ferrari, Cosme Iribarren y Laura Capra, encabezados por el fiscal General de San Isidro, John Broyard.
El objetivo de los allanamientos fue retirar documentación que pueda ayudar a entender cómo fueron los últimos días de Maradona respecto de su atención médica. En ese sentido, buscaron teléfonos celulares, computadoras y documentación vinculada con Maradona.
De esta forma, si bien en un primer momento la causa se caratuló como «averiguación de causales de muerte», podría virar hacia un «homicidio culposo», con Luque como responsable.
Asimismo, trascendió desde el entorno de Maradona que había tenido una discusión con Luque, a quien echó de la casa que habitaba en el barrio «San Andrés» de Benavídez el jueves 19 de noviembre y solo volvió a hablar por teléfono hasta el miércoles de su muerte.
Giro en la investigación
El giro en la investigación se produjo después que este sábado, los fiscales recibieron la declaración de Dalma, Giannina y Jana, las tres hijas reconocidas por Maradona, que fueron muy contundentes en contra de cómo se manejo el tratamiento de su padre.
La Fiscalía General de San Isidro informó en un comunicado que el sábado siguieron «las tareas investigativas y la sustanciación de la prueba en curso, tomándose algunas declaraciones testimoniales, incluidos familiares directos» de Maradona.
Las hijas le reclamaron a la Justicia conocer cuáles eran el tratamiento y los medicamentos que recibió Maradona en sus últimas semanas de vida, principalmente desde que apareció el hematoma subdural en la cabeza, que por recomendación de Luque, fue operado en la Clínica de Olivos.
En ese sentido, Alfredo Cahe, histórico médico del «Diez», había disparado el viernes contra «el entorno» por las decisiones médicas que se tomaron desde la operación del hematoma. «Diego tendría que haber permanecido no solamente en esa clínica (Olivos, donde fue operado) sino en un lugar internado con una infraestructura diferente. Como cuando lo llevamos a Cuba, que todo el mundo protestó, pero ahí se hizo todo muy bien», aseguró Cahe.
«Nunca supe cuál era la urgencia de operarlo. Tengo más dudas que afirmaciones. La primera duda es por qué se lo llevó a ese lugar. No sé si era una casa o simplemente un lugar de fin de semana», agregó.
Punto clave
El punto de la investigación es que al momento de su descompensación, Maradona no estaba acompañado por ningún médico, sino apenas por una enfermera, que incluso reconoció haber mentido en el informe interno de la empresa para la que estaba contratada. En sus declaraciones testimoniales, la enfermera Dahiana Gisela Madrid confirmó que fue la última en registrar con vida al astro del fútbol mundial.
En ese sentido, se indicó que uno de los enfermeros que tenía turno en la casa que habitaba Maradona dijo que lo vio con vida aproximadamente a las 6.30 del miércoles, al momento de efectuarse el cambio de guardia. Según ese enfermero, lo encontró descansando en su cama y estaba respirando normalmente.
También declaró el coordinador administrativo del grupo de enfermeros, quien expuso acerca de la modalidad del servicio que se prestaba en torno a Maradona. Pero la declaración de la enfermera Madrid, de 36 años, fue el punto clave: si bien ratificó que a las 7:30 escuchó al astro orinar (sin confirmación visual), reconoció que luego escribió en el informe que lo vio a las 9:30, lo que no fue real.
Ese documento decía que Maradona se negó a dejarse chequear en la hipotética segunda visita, pero la enfermera desmintió esa información y dijo que fue «por una indicación del coordinador».
Cuidados que no se cumplieron
Este domingo, además, trascendió un documento firmado por el equipo de psiquiatras a cargo de atención médica de Maradona, al momento de su salida de la clínica de Olivos para internación domiciliaria, en la que pidieron una serie de cuidados que, a la luz de los hechos, no se cumplieron.
En el escrito, que está incorporado en la causa, se pedía «internación domiciliaria solicitando como indispensables» que hubiera «enfermeros, preferentemente hombres, con disponibilidad de tiempo completo y especializados en problemática de consumo de sustancias».