“Me complace confirmar la recepción de su nota del 14 de marzo de 1945 “…” referente al deseo del Gobierno de Venezuela de establecer relaciones diplomáticas y consulares normales con la URSS”.
(Extracto de una nota oficial del Embajador soviético en Estados Unidos A.A. Gromyko al embajador venezolano en Estados Unidos D. Escalante)
Así, en 1945, en vísperas de la gran victoria de la URSS y los aliados (incluyendo Venezuela que se integró en la Segunda Guerra Mundial el 15 de febrero de 1945) sobre la Alemania nazi se establecieron las relaciones diplomáticas entre la Unión Soviética y la República de Venezuela.
Aunque después de la Guerra la naturaleza de la cooperación entre nuestros países fue afectada por la situación geopolítica y la lógica de la Guerra Fría – Venezuela, como muchos otros países latinoamericanos, estaba bajo la influencia de Estados Unidos, lo que obstaculizaba el desarrollo de una colaboración constructiva con la URSS.
Ahora, leyendo las noticias sobre la cooperación ruso-venezolana, es difícil imaginar que el avance de relaciones bilaterales de aquel entonces fuera tan obstacularizado que en junio de 1952 las relaciones diplomáticas entre nuestros países fueron interrumpidas por decisión del Gobierno de URSS debido a la ausencia de condiciones para las actividades normales de los representantes soviéticos en Venezuela.
En el siglo XXI se abrió una nueva página para las relaciones diplomáticas ruso-venezolanas. En el año 2000, tras el primer encuentro entre el Presidente ruso Vladímir Putin y el Presidente venezolano Hugo Chávez al margen de la 55ª sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York, la cooperación comienza su rápido desarrollo en diversos ámbitos: económico, comercial, financiero, técnico-militar, científico, sanitario, educativo, cultural y otros.
Hasta la fecha, la base jurídica entre nuestros países incluye más de 200 documentos. Pero esto son estadísticas, y desde el punto de vista práctico se están realizando proyectos bilaterales realmente importantes.
Las empresas petróleras conjuntas, así como las iniciativas que se están concretando ahora en el sector del gas, ofrecen un buen potencial de desarrollo. Es una prioridad mutua garantizar las condiciones para aumentar la productividad.
Para garantizar el progreso dinámico de nuestros países a pesar de las sanciones ilegales impuestas por EEUU y sus acólitos, se está realizando un trabajo para conectar Venezuela al sistema de mensajería financiera del Banco de Rusia y al sistema de pagos MIR con el fin de crear condiciones sostenibles para la liquidación en monedas nacionales.
En el area de la salud fue creado un centro conjunto de investigación epidemiológica. Está en proceso el proyecto para organizar en Venezuela la producción, basada en tecnologías rusas, de un medicamento de vital importancia – la insulina.
Es importante señalar el desarrollo de la cooperación en el campo de la educación. Este año el Gobierno de Rusia ha asignado 200 cupos a Venezuela como parte de un programa de becas. Esta cifra es superior a la de cualquier otro país de América Latina.
La cooperación ruso-venezolana tiene como objetivo lograr resultados prácticos concretos en aras de la estabilidad y la seguridad mundial y regional, defender la Carta de las Naciones Unidas y las normas y principios del derecho internacional, fortalecer la multipolaridad en las relaciones internacionales y eliminar de las relaciones interestatales la práctica del doble rasero, el dictado externo y las sanciones represivas unilaterales contra terceros países.
Nos une la similitud de puntos de vista sobre cuestiones fundamentales del orden mundial policéntrico emergente, el deseo de proteger la soberanía nacional y de construir relaciones mutuamente respetuosas con otros países.
Hoy podemos afirmar con confianza que Rusia y Venezuela han recorrido un largo camino desde unas relaciones “normales” hasta una sólida alianza estratégica.
Embajada de la Federación de Rusia