Al cumplirse 26 años de aquel 6 de diciembre, fecha en la que el comandante Hugo Chávez Frías resultó triunfador en las elecciones presidenciales, marcando un antes y un después en la historia política y electoral de Venezuela, compartimos un artículo publicado en el diario Últimas Noticias, escrito por Juan Leonardo Lanz para recordar el contexto de país y la radiografía hasta nuestros días.
El 6 de diciembre de 1998, hace 26 años, Hugo Rafael Chávez Frías ganó las elecciones presidenciales. Con esa victoria, abrió una página nueva en la historia de Venezuela pero no en cualquier contexto, sino en un ámbito que generaría el verdadero camino hacia la reconquista de nuestra identidad nacional.
El pueblo venezolano de la época —castigado por la corrupción, la pobreza y la desigualdad generada por el llamado Pacto de Punto Fijo— buscaba imperiosamente la tan deseada justicia social que no le proporcionaban los partidos del conocido “bipartidismo”: Acción Democrática (AD) y Comité de Organización Política Electoral Independiente (Copei).
Ambas toldas “se turnaron en el poder por más de 40 años, sin ser capaces de resolver los problemas” como lo citó el historiador Agustín Blanco Muñoz en su texto Revolución, democracia y socialismo en la Venezuela actual: 1958-2008. La realidad de esa época era que “cada presidente que tomaba posesión le echaba la culpa al anterior de todo lo heredado”.
Del “por ahora” a lo real
En 1998, los venezolanos decidieron confiar en Hugo Chávez, un joven militar que había saltado a la fama como líder del golpe de Estado que en 1992 se sublevó al entonces presidente adeco Carlos Andrés Pérez.
Dentro de ese contexto, su mensaje televisado al país cuando anunció que el movimiento bolivariano no había alcanzado sus objetivos “por ahora” fue en realidad, según escribió entonces Gabriel García Márquez, “el primero de su campaña electoral”.
Tras ser indultado en 1994 por el presidente Rafael Caldera, Chávez, con corbata y ya sin uniforme militar, compitió junto al Polo Patriótico en las urnas seis años después y barrió al conseguir 3 millones 673 mil 685 votos, es decir, 56,20% de sufragios contra los 2 millones 613 mil 161 que obtuvo el candidato del partido Proyecto Venezuela, Henrique Salas Römer (39,97%).
Fue, sin duda, una respuesta contundente de cambio requerida por el pueblo hacia la élite política del país que se había distanciado de la gente.
Pueblo
Chávez logró la aceptación popular a pesar de que durante la campaña de 1998 fue un candidato “invisibilizado” por los grandes medios de comunicación social y los pocos que cubrían sus actividades de campaña lo hacían “para descalificarlo o presentarlo como un agresor”, referencia hecha en el texto Palabras de Chávez a su pueblo de la periodista Yuleidys Hernández.
A pesar de la guerra publicitaria, Chávez logró capitalizar el enorme descontento popular que había hacia los partidos tradicionales AD y Copei, y también hacia alternativas como Convergencia, luego de que al cierre del segundo periodo de gobierno de Rafael Caldera, se registrara más de un 85% de pobreza.
El candidato Chávez los calificaba en sus discursos como “cúpulas podridas” y se presentaba como la “única alternativa viable en un cuadro político carcomido por la corrupción”.
En definitiva, Chávez, con un discurso algunas veces fuerte, pero sincero y humano, logró disminuir la pobreza, incorporar a millones de jóvenes al sistema educativo superior, alfabetizar a miles de personas, incluir a millones de adultos mayores al sistema de pensiones, fortalecer el sistema de salud pública con la construcción de los centros de diagnóstico integral, Barrio Adentro, estrechar lazos de amistad con los países vecinos así como devolver la industria petrolera.
Chávez es un sentimiento
Hugo Chávez, en rueda de prensa que ofreció desde El Ateneo de Caracas, aquel 6 de diciembre de 1998, manifestó:
“Chávez ya yo no soy en verdad, Chávez es un sentimiento nacional, Chávez recorre toda Venezuela, es un proyecto que se hizo colectivo. Yo orgulloso estoy de haber cruzado estos caminos, de haber llegado aquí y claro que sin el pueblo venezolano pues yo no sería nadie, por eso mi compromiso existencial, vital para siempre con la esperanza de un pueblo, con el honor de un pueblo que ha levantado de nuevo sus banderas, el pueblo venezolano tiene dignidad, tiene coraje, tiene honor y lo ha demostrado hoy, día para la historia, 6 de diciembre quedará inscrito en las páginas de la nueva historia venezolana”.
