La investigación por corrupción al expresidente de Pemex está revelando nuevos hechos y nuevos cómplices. Este jueves se filtró a la prensa la denuncia judicial que entregó Emilio Lozoya a la fiscalía y en la que se menciona a tres expresidentes de México involucrados en una trama de sobornos.
Los exgobernantes salpicados en el testimonio serían Carlos Salinas de Gortari, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto; todos unos connotados opositores a Andrés Manuel López Obrador.
Otros nombres revelados son lo de los excandidatos presidenciales contra AMLO, el panista Ricardo Anaya y el abanderado del PRI José Antonio Meade; quienes habrían recibido dineros de Lozoya como parte de una trama de “mordidas”.
Aliado de Guaidó metido en sobornos
El funcionario caído en desgracia por corrupción denunció que el excanciller de Peña Nieto, Luis Videgaray era quien ordenaba todo el pago de los sobornos; llevando incluso un registro con nombres y montos entregados.
Videgaray es un nombre conocido en el ámbito de Venezuela y más en los predios de la oposición local; ya que desde el Grupo de Lima fue uno de los voceros más agresivos contra el gobierno del presidente Maduro y aliado de Juan Guaidó en el plano internacional.
Compra de votos en el Congreso
El testimonio de Lozoya, además de los 3 expresidentes, también menciona a una serie de parlamentarios que cobraron coimas como parte de una trama de comprar votos en el Congreso para la aprobación de reformas estructurales; así como financiar campañas electorales.
Sobre la veracidad del documento, la fiscalía mexicana confirmó que es veraz, aunque precisó que la información divulgada no fue hecha por el organismo judicial.
La filtración es veraz
Mientras tanto, las personas mencionadas en esta última filtración salieron a desmentir los señalamientos en su contra; y respondieron que estas acusaciones casualmente benefician políticamente al gobierno de López Obrador.
Por su parte Emilio Lozoya se pronunció asegurando que él no había sido el responsable de que su testimonio se conociera entre la prensa y que desatara al mismo tiempo un estremecimiento entre la clase política conservadora en México salpicada por la corrupción.