2 derrotas seguidas de EE.UU. | Por: José Amesty

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Increíble, pero en menos de una semana EE.UU., ha sufrido dos sendas derrotas seguidas, en su política contra pueblos que no se pliegan a sus caprichos.

El viernes pasado fue instalada en México, con la mediación del Gobierno de Noruega, una nueva mesa de diálogo, con la oposición extremista apoyada por Estados Unidos, que se hacen llamar Plataforma Unitaria, un nombre que se aleja de la realidad. Y es que, en Venezuela, hay varias oposiciones que están divididas y responden a diferentes corrientes.

Pero, ¿Cuál es la oposición que está en México? Es la oposición apoyada por Washington y sus países aliados. Son dos corrientes, la guaidosista que responde al grupo del autoproclamado “presidente”, Juan Guaidó, que es la figura fallida que, en el 2019, Estados Unidos quiso imponer para conformar un supuesto gobierno interino que nunca existió, cuyo jefe es el prófugo de la justicia venezolana, Leopoldo López protegido por España.

Y el caprilismo, que obedece a Henrique Capriles Radonski del partido Primero Justicia, que, junto al otro sector, han promovido las sanciones económicas ilegales en contra del país.

Las expresiones del presidente Nicolás Maduro, revelan la derrota de estos sectores: “fuiste derrotado y derrotado te sentamos en México para hablar de democracia y de paz. El pueblo de Venezuela, te logró sentar en México, estas derrotado Guaidó, estas acabado, punto, se acabó, fin de la cita”, puntualizó el mandatario venezolano.

Al mismo tiempo señaló que “esa oposición no representa ni el 15% del padrón electoral del país, pero eso nos importa, no tomamos en cuenta eso, creemos que la paz está por encima de todo”.

Así mismo, el Presidente Maduro calificó la mesa de diálogo, como una gran victoria “ha valido la pena la lucha, lo que hemos logrado en estos años para plantarnos frente al imperialismo gloriosos, ha valido la pena y nos hemos sentado en México, y lo logramos gracias a quién, al pueblo valiente que ha resistido, que ha aguantado”.

En general, el anuncio del inicio de diálogo en México, entre el gobierno de Venezuela y la derecha criolla significa, en primer término, el reconocimiento por cuentas de ésta, del fracaso de los añosos esfuerzos por derrocar a Hugo Chávez, primero, y a Nicolás Maduro, después.

A su vez, la agenda contempla, entre otros puntos, el levantamiento o aflojamiento del bloqueo por cuenta de Estados Unidos contra Venezuela. Si se resuelven estos dos únicos asuntos (excarcelación de presos y aflojamiento del bloqueo) se daría paso a la celebración de elecciones. Como puede verse, la propia agenda del diálogo, constituye una victoria del chavismo frente a un retroceso de la derecha a sus posiciones de hace veinte años.

La segunda derrota, la visualizamos recordando que, en 2001, la coalición dirigida por Estados Unidos, derrocó a los gobernantes talibanes de Afganistán, tras los atentados terroristas en Nueva York, Washington y Pensilvania del 11 de septiembre, que llevaron a la Casa Blanca a apuntar hacia el país centroasiático.

Siguieron 20 años de ocupación y operaciones militares, tras lo cual Estados Unidos y sus aliados, supervisaron elecciones y reforzaron las tropas de seguridad afganas, pero los talibanes siguieron sus ataques y ahora mientras las fuerzas estadounidenses se retiran recuperan cada vez más la mayor parte del país.

Pero en realidad, desde los acuerdos de 2020, en Doha entre la administración de Donald Trump y el talibán, expertos del tema como el analista de África, Medio Oriente y Asia Central Guadi Calvo, atribuyeron el pacto a una forma de salvoconducto para que Estados Unidos, pudiera retirarse sin tener que repetir la humillante escena de la caída de Saigón en la guerra contra Vietnam en 1975.

Las dos décadas de hostilidades en Afganistán, significaron 2,26 billones (millón de millones) de dólares de gastos militares para los contribuyentes de Estados Unidos (110 mil millones de dólares de promedio por año).

Asimismo, tres mil soldados estadounidenses muertos y otros 30 mil heridos, y la pérdida de la vida para 150 mil civiles afganos y millones de personas desplazadas y refugiadas.

Hasta el momento, los talibanes controlan del 60 al 85 por ciento de Afganistán, según fuentes diversas, incluidos territorios considerables de la frontera del país con Irán, China, Pakistán, Tayikistán y Turkmenistán.

También, Estados Unidos pierde en Afganistán otra guerra, como mismo ocurrió en Vietnam pese a tener un ejército poderoso e invertir millones de dólares, afirmó este domingo el cineasta estadounidense Michael Moore.

En sus redes sociales, el documentalista lamentó la pérdida, en suelo afgano de más de dos mil 300 vidas de soldados norteamericanos, por invadir un país donde nunca estuvo el cabecilla de la red terrorista Al Qaeda Osama Bin Laden, supuesto responsable de los ataques del 11 de septiembre del 2001, motivo que desencadenó la contienda.

Calificó como una vergüenza gastar dos billones (millón de millones) de dólares para enviar jóvenes a morir a una nación donde no estaban los «terroristas», pues 15 de los 19 atacantes eran de Arabia Saudita, no de Afganistán, ni de otros países ocupados después, como Iraq.

En fin, avance Talibán, confirma derrota anunciada de Estados Unidos.

Subrayó Moore, que una vez más Estados Unidos, es derrotado por un ejército sin aviones bombarderos, sin destructores, sin misiles, sin helicópteros, sin napalm y transmitió condolencias a las familias que perdieron a sus seres queridos en ese conflicto «repugnantemente triste».

Resaltó cómo Washington. no gana un conflicto bélico desde la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), pues la última victoria fue justamente hace hoy 76 años, en Japón.

Analistas coinciden con Moore, en considerar la ofensiva del grupo armado, como una derrota militar para los estadounidenses, que dejan la nación centroasiática en peores condiciones de las que tenía en octubre de 2001, cuando las tropas norteñas invadieron el país.

En síntesis y recalcando, estamos en presencia de otra derrota política y militar de EE UU y la OTAN en Afganistán, seguida de una bochornosa retirada. Último acto de una salvaje invasión, que ha dejado como saldo cientos de miles de muertos y varios millones de desplazados.

Funcionarios de la embajada de EE.UU. en Kabul, temen un final similar al de Saigón en 1975, cuando a las 3 de la madrugada del 30 de abril el embajador Graham Martin, escapó en helicóptero para salvar su vida.

En resumen, en pocos días EE.UU. ha sufrido dos derrotas colosales, ¿será el inicio de una serie de fracasos para EE.UU.? ¿Será un anuncio anunciado de la caída del monstruo de papel? ¿Será un reacomodo del imperio? ¿Buscara otros escenarios de su política guerrerista? Esperemos a ver los acontecimientos en pleno desarrollo.

 

Lic. JOSÉ A. AMESTY R.

 


 

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