Una decena de países rechazó la presencia de representantes de la oposición venezolana durante instalación de la 49 Asamblea de la Organización de Estados Americanos (OEA), celebrada en Medellín, Colombia.
Los impases iniciaron cuando la Secretaría General del órgano informó la acreditación de una delegación encabezada por el opositor Julio Borges, lo que generó la reacción del representante de Uruguay, quien abandonó de inmediato la sala de sesiones.
Ariel Bergamino, subsecretario de Relaciones Exteriores de Uruguay, declaró:
«Consideramos que intentar imponer el reconocimiento como legítimo representante de Venezuela a esta delegación es, ni más ni menos, un avasallamiento de la legalidad de la OEA y no puede sino estar en contra de una situación de esta naturaleza. Ante esto, Uruguay se retirará de la Asamblea de la OEA».
De igual forma, México, junto a Nicaragua, Granada, Antigua y Barbuda, San Vicente y las Granadinas, Surinam, Dominica, Trinidad y Tobago y Bolivia manifestaron su desacuerdo. México incluso solicitó se incluya en las actas y documentos un comunicado que reza:
“En virtud de las inconsistencias y las irregularidades identificadas en el informe de credenciales del Secretario General a la Asamblea General, los cuales carecen de fundamento jurídico y van en contra de los documentos fundacionales de la OEA, México se reserva el derecho a cuestionar la validez de todos los actos y decisiones que emanen de la Asamblea General de la OEA, su Consejo Permanente o cualquier otro órgano subsidiario de la organización o que afecten a otros organismos”.
Para estos países la arbitrariedad del Secretario General, Luis Almagro, representa un revés grave en la legitimidad de la OEA y senta un lamentable precedente para el normal funcionamiento de esta instancia.
