La oposición venezolana tiene entre sus filas a sus peores enemigos. El silletazo que le dio el partido Primero Justicia (PJ) a Carlos Ocariz, es la prueba más reciente. Resulta que luego de que la tolda amarilla lo posicionara como su “candidato fuerte”, lo bajaron de la nube para montar a Henrique Capriles Radonski.
La decisión fue tomada durante unas elecciones primarias que se desarrollaron este domingo, sin pena ni gloria. Escasa participación, e interés. Además, la plataforma no anunció, hasta la fecha de publicación de esta nota, ningún tipo de dato sobre cómo fue el proceso y quiénes acudieron.
Como hecho curioso, Ocariz, quien lideró hasta hace poco las encuestas, ganó solo en el estado Nueva Esparta, lo que significa 4% de los votos. Mientras que, Juan Pablo Guanipa, se alzó en otras 5 entidades con 20% y Capriles en 19 con 76%.
Tradición autodestructiva
La mañana de este lunes, fuentes de la directiva nacional de Primero Justicia dijeron que, “Después de 5 horas de reunión, Carlos Ocariz fue el que trancó y obstaculizó todo el proceso que ya los otros 30 miembros de la Junta de PJ había decido, incluso, Juan Pablo Guanipa, que llegó de segundo, aceptó que que Capriles sea el candidato”, informó una fuente presente en las conversaciones, según medios nacionales.
“Carlos Ocariz, no quiere aceptar su derrota dentro del partido, en todo el país (ganó solo en Nueva Esparta) y que la encuesta es solo algo referencial; ya que no puede estar por encima de la voluntad del partido que ya votó a favor de Capriles”, agregaron.
Pero, que nadie se sorprenda. Esta no es la primera vez que PJ protagoniza una historia de traiciones y estocadas finales entre sus copartidarios. No solo es que se trata de una tolda política que nació de un acto de corrupción. Ya desde el año 2009, los conflictos de intereses entre sus principales dirigentes originaron la primera ruptura.
De esa manera, nació lo que hoy se conoce como una agrupación terrorista: Voluntad Popular; responsable de guarimbas, el interinato y otras desgracias.
Otro episodio dentro de la novela política opositora estuvo protagonizado por el dirigente José Brito, quien criticó al dirigente ultraderechista Juan Guaidó. Desde el año 2019, Brito denunció la figura del interinato y esto generó la ruptura que impulsó el nacimiento del partido Primero Venezuela.
Lo cierto es que lo de Ocariz fue solo una traición más. La más reciente en una especie de nido de víboras, en el que este tipo de jugadas marcan la pauta. Pasó de ser un aspirante a presidente, a quedar convertido en meme.
Un partido fundado con la plata de Pdvsa
Este punto hay que recordarlo. Porque lo que mal empieza, mal acaba. Primero Justicia nació de un acto de corrupción. Antonieta Mendoza de López, madre de Leopoldo López, y gerente de Asuntos Públicos de PDVSA, tramitó un cheque de la estatal petrolera, que permitió la fundación de la tolda amarilla.
A finales de los 90 el partido recibió por lo menos 115 mil dólares de parte de la Inter-American Foundation (IAF) y 60 millones de bolívares de parte de PDVSA, según fuentes gubernamentales.
Con todos estos antecedentes, queda muy claro el planteamiento inicial: los peores enemigos de la oposición están entre sus filas. Y todas estas razones, refuerzan el rechazo del pueblo venezolano hacia una aberrada concepción de la política, personificada por este sector.