Mercenarios colombianos protestaron contra Gobierno de EE.UU.

Un grupo de mercenarios colombianos protestaron contra el Gobierno de Estados Unidos (EE.UU.), a quien le exigen que los reconozcan por ser “carne de cañón” durante la guerra contra Irak y Afganistán.

Los mercenarios se concentraron en Miami, para exigir que el Pentágono los considere como veteranos, y no como simples guardias de seguridad; además de pedir la residencia legal en EE.UU..

La protesta no solo se llevó a cabo en Miami, dado que otros mercenarios también protestaron en las afueras de las Embajadas de EE.UU. en Bogotá, Lima y Washington con fotografías de sus operaciones y reconocimientos por escrito del Departamento de Estado.

Este grupo de exmilitares se extraña que EE.UU. los utilizaran durante la guerra para proteger a sus propios soldados, dado que los ven como obra barata para los conflictos de Oriente Medio.

Al respecto, el presidente de la Asociación Colombiana de Oficiales en Retiro de las Fuerzas Militares, John Marulanda, explicó que los colombianos son apetecidos por ser “baratos y eficaces”.

Lo ven a uno como si fuera basura, que la vida de uno no es considerada para nada, como si uno no fuera un ser humano, como si uno fuera un perro, nosotros le decíamos a esas posiciones la casa del perro porque eso era lo que era”, manifestó uno de los mercenarios colombianos, Francisco Landínez.

Landínez era un militar colombiano que participó en la guerra de Afganistán, contratado por una empresa privada de seguridad de las que aparecieron desde la presidencia de George Bush hijo con Blackwater.

Una investigación de la Universidad de Brown reseñó que entre 2011 y 2021 murieron 3.917 contratistas en territorio afgano; en su mayoría ciudadanos de otros países, aunque muchas de esas muertes no se reportaron.

EE.UU. posee largas denuncias por el abandono a soldados estadounidenses desde la guerra de Corea y Vietnam, sin embargo, estas nuevas quejas por parte de los mercenarios latinoamericanos no tienen ni siquiera quién los escuche, dado que sus antiguos contratistas han desaparecido.

 

 


 

Ana Perdigón: