Lo que sucede en Apure: Defensa soberana de Venezuela y una agresión disfrazada de Colombia

Con lo que sucede en el estado Apure, se comprueba que desde Colombia no gobiernan políticos; sino una raza de burócratas que bien pudieran ser más útiles si se dedican a escribir novelas de realismo mágico.

Mientras Venezuela se defiende desde el pasado domingo de la penetración de grupos terroristas colombianos, desde Bogotá fingen una sobreactuada consternación por la contundencia con que nuestros militares neutralizan los coletazos de su violencia interna.

La operación de defensa de la soberanía venezolana ha puesto de relieve 2 cosas: la determinación bolivariana de proteger su territorio; y en contraparte el talento acrobático de Colombia para contradecirse sin desmaquillarse.

El gobierno de Duque, después de remachar hasta el cansancio que Venezuela era un presunto campamento libre de las FARC; ahora le preocupa que Venezuela “se defienda mucho” una vez que sus grupos irregulares pasaron la frontera.

Manipulación colombiana

Uno de los funcionarios venezolanos en advertir y remarcar esta sobreactuada consternación colombiana fue el Ministro de Comunicación Freddy Ñáñez, quien luego de destacar la preocupación bogotana “por los efectos humanitarios de la operación militar sobre la población civil”, les recordó que extrañamente lo dice el mismo gobierno que normaliza la ejecución de menores de edad en operaciones militares y que despachó el escándalo con la justificación lapidaria de que los dados de baja eran “máquinas de guerra”.

Al mismo tiempo Ñáñez puso sobre la mesa la sospechosa coincidencia con que se preocupan Colombia y el Comando Sur. El Ministro expone que ambos actores “han instaurado en la amplia frontera común un teatro de operaciones para agredir a Venezuela”.

Las autoridades de nuestro país sostienen que la agresión de grupos irregulares colombianos, con la aparente fachada de ser “disidencias de las FARC”, es una maniobra de “falso positivo”.

Caracas denuncia que es una exportación irregular y maliciosa del conflicto interno colombiano hasta nuestro país para justificar un ataque a Venezuela con la instalación del relato de que “tal sería la presencia de grupos guerrilleros, que nuestro país habría perdido el control del territorio”.

Ñáñez comparó la incursión de grupos terroristas colombianos en el Apure con la fracasada invasión mercenaria de Gedeón hace casi un año.

Una guerra híbrida

Mientras tanto el General en Jefe, Vladimir Padrino López destacó que la operación de defensa soberana de la FANB está combatiendo a un grupo con fachada de guerrilleros. Los que pretenden instalarse en nuestro territorio y construir una estructura del narcotráfico que le es funcional al estado colombiano y a EE.UU. para seguir agrediendo a nuestro país.

Al mismo tiempo, lo que sucede en Apure es un nuevo episodio de una guerra híbrida. Una que no solo se mide en el teatro real de operaciones sino además en el plano mediático; de quién es más fuerte para imponer su relato.

La victoria sobre los grupos narcoterroristas de Colombia solo será plena, si además de vencerlas por la fuerza, se convence a la opinión pública de que a Venezuela la asiste la razón de que toda esta operación es una emboscada manipulada con mentiras.

 

 

 


 

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