Lo bueno, lo malo y lo feo de los Juegos Olímpicos Tokio 2020

Se cree que en un evento de la talla de los Juegos Olímpicos todo será competir por ser el o la mejor en un deporte. Sin embargo, estos encuentros entre atletas de todo el mundo han demostrado que la humildad y la buena vibra impregnaron los estadios y canchas; y hasta ahora, las expresiones de deportivismo han estado en lo más alto del podio, aunque a veces no hay medallas suficientes para ciertos gestos, y que siempre está lo bueno, lo malo y lo feo.

Caer, levantarse y ganar

Uno de los ejemplos de determinación y compromiso por su país lo tuvo la corredora de Holanda en la carrera de 1500 metros planos; cuando faltaban apenas 400 metros para terminar y lograr la clasificación, Sifan Hassan se tropezó con la keniana Edina Jebitok  y cayó fuerte. Para sorpresa de todos, la joven nacida en Etiopía, se levantó y en una memorable corrida llegó en la primera posición y ganó la carrera eliminatoria.

Compartir el triunfo

También demostraciones de humildad luego de haber alcanzado los logros, los atletas de Italia y Catar decidieron compartir el primer lugar en el salto de altura. Ambos llegaron con el mismo marcador y las autoridades les anunciaron al catarí que podían realizar un salto adicional para desempatar o compartir el oro olímpico con el italiano y así lo prefirió. El abrazo entre Gianmarco Tamberi y Mutaz Essa Barshim quedará en la historia de los Juegos Olímpicos

“Eso no se hace”

Todos los atletas tienen días donde todo es bueno o donde todo es malo. Así le sucedió a Novak Djokovic en su presentación en estos Juegos Olímpicos de Tokio 2020; donde, al parecer, la frustración por no lograr sus objetivos y perder la oportunidad de obtener la medalla de bronce, se vio expresada de la peor manera. En una popular rabieta de niño pequeño, el tenista serbio de 34 años, reventó su raqueta contra el suelo, luego aventó otra contra las gradas y contra la red. Nole no pudo controlar la presión y terminó rompiendo dos de sus raquetas, durante un ataque de rabia por el bajo nivel que ofreció.

 

 


 

Victoria Torres: