Las consecuencias del ataque racista a Vinicius Jr. han generado una amplia repercusión tanto en el ámbito deportivo como en la sociedad en general.
Este incidente, ocurrido durante el partido entre el Valencia y el Real Madrid, evidencia una vez más la persistencia del racismo en el fútbol y la necesidad de tomar medidas contundentes para erradicarlo.
Cada ronda fuera de casa es una sorpresa desagradable. Y hubo muchos esta temporada. Deseos de muerte, muñeco ahorcado, muchos gritos criminales… Todo registrado.
Pero el discurso siempre recae en “casos aislados”, “un hincha”. No, no son casos aislados. Son episodios continuos repartidos por varias ciudades de España (e incluso en un programa de televisión).
La evidencia está en el video. Ahora pregunto: ¿cuántos de estos racistas tenían nombres y fotos expuestos en sitios web? Respondo para hacerlo más fácil: cero. Ninguno para contar una historia triste o hacer esas falsas disculpas públicas.
¿Qué falta para criminalizar a estas personas? ¿Y castigar deportivamente a los clubes? ¿Por qué los patrocinadores no cobran LaLiga? ¿No se molestan las televisiones en retransmitir esta barbaridad todos los fines de semana?
El problema es muy grave y las comunicaciones ya no funcionan. Tampoco culparme para justificar actos delictivos.
No eres fútbol, eres inhumano.
Tras los insultos racistas dirigidos al jugador, la Policía Nacional logró la detención de 3 jóvenes relacionados con el hecho. Este acto de discriminación racial no solo constituye un delito de odio, sino que va contra los valores de igualdad y respeto que deberían prevalecer en cualquier ámbito, incluido el deporte.
Ante esta situación, el Valencia emitió un comunicado en el que expresó su condena más enérgica y su posición tajante contra el racismo y la violencia en todas sus formas. El club se comprometió a expulsar de por vida del estadio a todas las personas identificadas en relación con este incidente.
El club también rechazó las acusaciones generalizadas de que todo el estadio había proferido insultos racistas, enfatizando que ha habido confusión y desinformación en los últimos días.
El Valencia hizo un llamado a la responsabilidad y al rigor, señalando la importancia de basarse en hechos concretos y evitar estigmatizar a su afición. De manera enfática, el club afirmó que el racismo no tiene cabida en el fútbol ni en la sociedad. Concluyendo su comunicado con una enérgica condena hacia esta práctica.
El apoyo a Vinicius Jr no se limitó al club valenciano. Gianni Infantino, presidente de la FIFA, expresó su solidaridad con el jugador y reiteró que no hay lugar para el racismo. Además, habló del protocolo de 3 pasos de la FIFA para combatir el racismo en las competiciones, recomendando su implementación en todos los niveles.
¿Qué se ha hecho al respecto?
La Real Federación Española de Fútbol (RFEF) tomó decisiones drásticas en relación con el error del VAR durante el partido en cuestión. Ignacio Iglesias Villanueva, árbitro encargado del videoarbitraje, y otros 5 árbitros especializados en el VAR fueron despedidos debido a su actuación.
El Comité Técnico de Árbitros (CTA) mostró su malestar por la actuación de Iglesias Villanueva al mostrar únicamente la falta de Vinicius y omitir el agarre que sufrió por parte de Hugo Duro.
El Real Madrid respaldó las críticas al VAR y afirmó que las imágenes mostradas fueron “sesgadas”. Asimismo, el club blanco señaló que este incidente no fue un hecho aislado, sino que se ha repetido en numerosos partidos. El equipo madrileño dejó claro que la víctima no puede ser responsabilizada por el delito que sufre.
La destitución de Iglesias y los otros árbitros involucrados representa la primera medida adoptada tras los acontecimientos ocurridos en Mestalla.
El ataque racista a Vinicius Jr. dejó profundas consecuencias en el mundo del fútbol. En las medidas tomadas se evidencia la necesidad de combatir el racismo en todas sus manifestaciones y garantizar un entorno deportivo inclusivo y respetuoso para todos los jugadores.
Negro e imponente. Cristo Redentor fue así. Una acción de solidaridad que me conmueve. Pero quiero, sobre todo, inspirar y traer más luz a nuestra lucha.
Agradezco mucho toda la cadena de cariño y apoyo que he recibido en los últimos meses. Tanto en Brasil como en el mundo. Sé exactamente quién es quién. Cuenta conmigo porque los buenos son la mayoría y no me rendiré.
Tengo un propósito en la vida y si tengo que sufrir más y más para que las generaciones futuras no pasen por situaciones similares, estoy listo y preparado.