Si no sucede nada extraordinario, la inauguración del gobierno de Joe Biden será una ceremonia de varios rasgos excepcionales.
Por primera vez desde 1865, el presidente saliente no estará en la ceremonia del nuevo gobierno. Donald Trump, fiel a su convicción de que le hicieron trampa en las elecciones, no asistirá al acto.
A pesar de las recomendaciones del equipo del nuevo presidente de hacer la ceremonia al interior del Congreso de EE.UU., Biden insistió en continuar la tradición de una juramentación al aire libre en las escalinatas del Capitolio.
Si bien esta vez sobrarán los soldados para la seguridad, no habrá público en la explanada para ver y escuchar el primer discurso de Biden como mandatario.
En lugar de las personas que debían asistir, los organizadores colocarán unas 200 mil banderas de los todos los estados del país, como un mensaje que simboliza la unión trastocada por el mensaje de polarización de Trump.
Los detalles del acto apunta a ser un despliegue que cuide también las precauciones propias de la pandemia, una situación subestimada por Trump desde el principio, y que le ha costado la vida a más de 400 mil estadounidenses.
Vitrina para la farándula
La asunción de los presidentes en EE.UU. no es solo un evento político, sino también una vitrina excepcional para presumir el encanto de los políticos sobre algunas celebridades del cine, el deporte o la música.
Lady Gaga estará a cargo de cantar el himno nacional, y Jennifer López hará el número musical.
Por efectos de la pandemia, por primera vez la juramentación del nuevo gobierno no contará con la ceremonia de baile, ya que el anfiteatro en el que se hace esta actividad tradicional está convertido en un hospital de campaña para atender a los enfermos por covid-19.